Rosalía Santaolalla

Sin entrar en detalles

Rosalía Santaolalla


Seguir preguntando

23/09/2021

«Usted tiene piernas de public relations», le decía un americano pelín baboso. Y la Velasco le respondía, poniéndose muy seria, «oiga, yo soy una chica decente y tengo novio formal». Inciso: el novio, que era un jeta en Las que tienen que servir, era Alfredo Landa. Y ella ha sido, durante décadas y hasta antes de ayer, una actriz sobresaliente, galardonada y una estrella que ha ejercido como tal. Como la diva de aquella declaración de intenciones cantada: mamá, quiero ser artista, ser protagonista. Y por lo que he visto y leído -desgraciadamente no he tenido oportunidad de cruzarme con ella en mi trabajo- también es una gozada de entrevistada. Esto es algo que una mira mucho, porque ni los plumillas podemos tener siempre un buen día ni todos los personajes tienen una buena entrevista. Pero en esto doña Concha Velasco ha sido también una gran profesional.
Su retirada de los escenarios, a petición de sus hijos, coincide en el tiempo con la despedida de las ondas de Iñaki Gabilondo. Maestro y referencia de varias generaciones de periodistas, después de cincuenta años delante de un micrófono ha dicho adiós con la mayor de las naturalidades, reconociendo que sigue teniendo curiosidad por las cosas, pero que es hora de que sean otros los que le cuenten cómo va el mundo.
Qué interesante es escuchar a quien atesora tanta experiencia y, sobre todo, qué importante es seguir manteniendo la curiosidad y el espíritu crítico a cualquier edad. Especialmente ahora, que muchos se han empeñado en cavar una trinchera y permanecer ahí metidos, asomando solo para disparar a quienes piensan diferente. Por eso es tan importante preguntar. Y repreguntar. Y quien no entienda que ese es el fundamento del trabajo de los periodistas está negando también uno de los pilares básicos de la democracia y el derecho de los ciudadanos a saber. Por lo menos, de los que quieren estar informados y ser conscientes de sus decisiones. Y no, responder con un ataque a quien te está preguntando no es contestar.