Vladimir V. Laredo

Petisoperías

Vladimir V. Laredo


El dinosaurio

13/01/2021

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, escribió Augusto Monterroso en 1959, en lo que se considera el relato más corto jamás escrito en castellano. Si me sale, voy a intentar mejorarlo: “Cuando despertó, 2020 aún estaba ahí”. Sí, creo que así está bien. Hemos caído en lo de siempre, en eso de creer que los guarismos del calendario de verdad dividen el tiempo en periodos impermeables entre sí. Y no. Tras el 31 de diciembre de 2020 vino el 1 de enero de 2021, y tras la resaca navideña, cuando despertamos, el dinosaurio seguía ahí. Y lo que te rondaré, morena.

Como si de unos Doc Brown y Marty McFly de Hacendado, o de un Terminator de bazar chino se tratara, una vez superadas las navidades, damos un salto al pasado para intentar salvar el futuro. Esto es como una película mala, pero taquillera, de esas de las que hacen doscientas continuaciones, tres spin-offs y una serie animada. Sólo que ahora ya no queremos verla otra vez. De los productores de “De esta saldremos mejores” y su continuación, “De esta saldremos más fuertes” y de los visionarios directores de “Salvemos el verano” y “Salvemos el verano 2: Operación Navidad”, llega desde hoy a sus ciudades el crossover definitivo: “Salvemos el verano 3: De esta saldremos, palabra”. Y quizás ustedes no quieran verla. Y quizá los demás tampoco queramos que la estrenen. Más que nada porque si la cosa sigue como hasta ahora, sabemos todos que esta es sólo la precuela de la secuela que vendrá después: “Confina2: El Desenlace”.

Y no sé yo si, a lo mejor, todo esto es lo que nos merecemos. No todos, eso seguro, pero sí una gran mayoría. Y no sé yo si los que en las “películas” anteriores han sido nuestros héroes querrán seguir siéndolo en las secuelas. Y ni siquiera sé si, en esta ocasión, algunos se enterarán de que se estrena, o lo mismo pasan de todo, como hasta ahora, y siguen a su puta bola. Algaradas de niñatos. Borregadas de adultos. Rebaños de personas. Hoy vuelven a cerrar los centros comerciales y la hostelería, salvo las acogedoras terrazas que, con temperaturas bajo cero, esperarán nuestro calor. Ya veremos qué cierran mañana. Pero opino que, mientras no encierren la tontería que tiene mucha gente encima, cunado despertemos, el dinosaurio seguirá estando ahí. Y estará más cerca.