Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Pasmoso pasmo

24/09/2021

Con el fin de emular el éxito de Teruel Existe, setenta organizaciones de una treintena de provincias acordaron concurrir a las próximas elecciones. El objetivo es alcanzar representación parlamentaria al margen de los partidos de ámbito estatal, por entender que los diputados provinciales olvidan su compromiso moral para con los ciudadanos que les otorgan su voto ante las imposiciones de los dirigentes nacionales.
La decisión se tomó el pasado domingo en la Tercera Asamblea General de la España Vaciada, un movimiento que reclama políticas que alienten el reequilibrio territorial, mejores servicios e inversiones, con el fin de hacer frente a la dramática y progresiva despoblación que sufren la mayoría de las provincias españolas, aunque tal vez fuera mas acertado hablar de comarcas a la hora de abordar el problema.
Causa cierta sorpresa que los partidos políticos con más larga historia apenas hayan respondido al envite. Oídos sordos entre quienes son tan dados a la verborrea en asuntos más insignificantes. Tal vez sea una reacción deliberada, por aquello de que el mejor desprecio es no hacer aprecio, o tal vez obedezca a que los estrategas realmente piensen que no hay motivos de preocupación.
La realidad es que el sistema electoral favorece el éxito de la concentración del voto, como le ocurre a los partidos nacionalistas que compiten en territorios pequeños y cuya representación lograda, sin embargo, juega después en la liga nacional en igualdad de condiciones. A cada provincia la ley electoral le asigna dos diputados, con independencia de su censo, y el resto, 248 hasta completar los 350 de la Cámara, se reparten en función del número de habitantes. De esta forma, Teruel Existe con menos de veinte mil votos logró en las últimas elecciones generales un diputado y dos senadores, (19% del censo) mientras que en Madrid, por ejemplo, un diputado puede «costar» doscientos mil votos. La realidad demográfica de Castilla y León resulta propicia para mimetizar la experiencia de Teruel. La incógnita a despejar es conocer si el grado de afinidad a lo tradicional es mayor que la frustración y el cabreo provocados.