Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


La carrera energética

23/03/2021

Aunque a algunos les pese, Burgos es un yacimiento de energía de primera magnitud y todo, absolutamente todo lo que hace, utiliza o compra el ciudadano del siglo XXI cada día -aunque algunos les pese- consume energía. En Las Loras se extrajo el primer petróleo en suelo nacional, hace medio siglo fuimos pioneros en la implantación de la energía nuclear con Garoña y desde los años 90 somos uno de los territorios más privilegiados para captar todo el potencial del viento constante que nos azota. Nos libramos por los pelos del desembarco de la industria del fracking, que no hizo otra cosa que confirmar sobre plano que nuestro subsuelo sigue siendo privilegiado. 

Quiero decir con todo esto que el desarrollo energético siempre ha brindado una oportunidad económica para Burgos y que estamos inmersos -por si no se han dado cuenta- en una revolución energética, la de la descarbonización del planeta y la lucha contra el cambio climático [sí, su utilitario híbrido], que no podemos ni debemos dejar pasar de largo siendo actores principales. 

Sellados los pozos de La Lora y desmantelada Garoña sería realmente un expolio para la provincia que todo su enorme potencial de energía renovable aportase valor a otros territorios. Y es que todo lo que lleva etiqueta verde hoy en día pasa, en buena medida, por los vientos de Burgos y sus miles de aerogeneradores. Está claro entonces que todas las cadenas de valor de la movilidad eléctrica sostenible o del hidrógeno verde que se están poniendo en marcha deben tener su retorno en inversión industrial, empleo cualificado y creación de riqueza por cada megavatio instalado en nuestros páramos y cordilleras.  

Pero, como en todo en esta vida, hay que hacerse valer y ponerse en valor: unir industrias, coordinar propuestas innovadoras y creer en nuestro potencial. Otros ya lo hacen.