María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


¿Ballena o sardina?

26/02/2021

Escribir una columna con tinte local obliga a posar la mirada en lo que pasa alrededor, que no suele ser mucho, ni para bien, ni para mal, y de esta medianía hay que sacar chicha, fuegos de artificio y literatura. Vamos tirando gracias al alcalde De la Rosa y a su conmilitón Marañón, que, como ostras, cada vez que se abren al exterior ofrecen perlas para levantar uno y cien sueltos; la penúltima, cuando haciendo balance del 2020, De la Rosa se jactó con más orgullo que don Rodrigo en la horca, de haber navegado con pericia por las procelosas aguas del océano pandémico, afirmando que ha sido el mayor reto al que se ha tenido que enfrentar el Ayuntamiento en un siglo, o algo parecido, que, como diría Umbral, no voy a levantarme ahora para mirarlo. 
Contrasta esta jubilosa visión de la gestión de la pandemia con los resultados de la encuesta que acaba de hacer pública la FAE, que suspende al Ayuntamiento de plano. Tampoco los ciudadanos están satisfechos con el confite de las ayudas municipales de los planes de crisis, aún pendientes de pago. Tal vez desconoce De la Rosa la epidemia de gripe de 1918, que en pocos meses sembró casi seis mil muertes en la provincia y dio al entonces alcalde, Juan Antonio Gutiérrez Moliner, grandes quebraderos de cabeza, tantos que hasta tuvo que asilar a los innumerables huérfanos que quedaron en la orilla tras el oleaje; o, unos años antes, la epidemia de cólera, que lidió con heroicidad el alcalde José Soto Vega, que se contagió por asistir personalmente a los enfermos, ayudó a los necesitados con su peculio particular y se desvivió por los heridos de la tercera guerra carlista ingresados en el Hospital del Rey, a los que también favoreció con su caridad. Esto eran circunstancias difíciles en tiempos difíciles, estos eran alcaldes entregados a la causa, sin ruedas de prensa, ni flashes. Comparado con los sacrificios de estos regidores, el esfuerzo titánico municipal de la gestión de la actual pandemia, es una sardina disfrazada de ballena; de ahí el suspenso de la FAE y el hastío que aflora en los ciudadanos. Pero que no cunda el pánico por las críticas. Es consecuencia de la democracia natural, que, como también dice Umbral, consiste en linchar al alcalde.
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