José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


De Irlanda a Gibraltar

26/02/2021

No hay más remedio que seguir el rastro del Brexit. Vemos que va desde Irlanda a Gibraltar y que afecta a los habitantes de ambas regiones.
El acuerdo provisional adoptado a finales de 2020 entre la UE y el RU para la frontera de Irlanda con la región británica de la isla que conocemos como Irlanda del Norte está teniendo serios problemas de aplicación. Es como la cuadratura del círculo aplicada con la mejor intención. Consiste en que considera ese territorio como un espacio de carácter comunitario europeo y a la vez como una parte del territorio de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. El objetivo es bueno porque de tal modo pueden pasar las mercancías y personas, como si no hubiera frontera entre las dos partes de Irlanda, con satisfacción en general para todos los irlandeses. Genial. Pero por ese camino se han estado introduciendo en la UE remesas importantes de vacunas de fabricación inglesa Astra-Zeneka. Y al tratarse de un suministro médico prioritario, se ha suspendido de manera provisional el control de esa importación que debe hacerse en los puertos. Está bien. Pero resulta que los fabricantes de salchichas de Escocia, entre otros, han protestado porque quieren la misma facilidad y sus envíos se ven frenados por la burocracia y los controles. El Reino Unido es uno y no puede haber discriminaciones de tipo territorial, dicen. Así vemos una fuerte tensión entre Londres, Bruselas y el sentir irlandés, que invoca la solución llamada del Viernes Santo para su problema frontero.
Pero el asunto llega al tema de Gibraltar/España, porque el Acuerdo Marco pactado en Noche Vieja pasada entre el Reino Unido y González Laya se ha inspirado en la solución irlandesa. Los ajustes para la frontera irlandesa deben servir para Gibraltar, y lograr el objetivo, muy pregonado, de crear una ‘zona de prosperidad compartida’ entre Gibraltar y su Campo, es decir su entorno español, con libre circulación, con Verja o sin Verja. Gibraltar sigue siendo territorio británico y también territorio homologado al de la UE. Es una solución de ‘ingeniería diplomática’, inventada por Picardo y aceptada por González Laya. Necesita imaginación y tiempo para lograr el consenso de los 27 miembros de la UE.