Carmen Hernando

Desde la campiña

Carmen Hernando


Votos mejores y peores

04/02/2022

Siempre me ha llamado la atención el debate recurrente sobre si es más o menos digno aceptar los votos de una u otra formación política. Sobre si la integridad de un partido le debe permitir ganar una votación con el apoyo de otro que es lo peor de lo peor.

Habría que comenzar aclarando que la valoración sobre si un partido como EH Bildu o Vox es más o menos respetable no deja de ser una opinión. Son opciones que podemos compartir o no, pero que mucha gente ha elegido en unas elecciones. Por no hablar del hecho objetivo -que muchas veces se olvida- de que estos grupos políticos cumplen obviamente todos los requisitos legales para estar presentes en el órgano legislativo correspondiente (Pleno de Ayuntamiento, Parlamento…), puesto que ahí están, y por lo tanto tienen el mismo derecho a votar lo que quieran que cualquier otro. Además, como bien apuntaba mi buen amigo Luis Escribano el otro día en una conversación en la que debatíamos sobre este tema, aquellos que consideran indecente que los votos de uno de estos partidos horribilis sirvan para apoyar una propuesta concreta con la que no comulgan no tienen ningún escrúpulo en aceptar sus votos para defender la postura contraria y tumbarla. ¿O es que al PP le ha supuesto algún problema votar junto a EH Bildu para intentar frenar la reforma laboral?

De la misma manera que las papeletas de todas las personas cuentan igual una vez en la urna, y no nos paramos a pensar si nos gustan más unas que otras, los votos de cada uno de los partidos tienen la misma legitimidad. Renegar de unos u otros votos, cuando ni siquiera existe la opción de rechazarlos, carece de sentido.

Cualquier planteamiento político debería aspirar a conseguir el máximo apoyo posible. Y si se respalda tanto desde la derecha como desde la izquierda será porque se trata de una buena iniciativa, como ha sido el caso de la reforma laboral, aprobada ayer, que citaba antes. Lo que es difícil de explicar es que haya partidos que no han querido adherirse a un histórico acuerdo entre sindicatos y patronal. Si no apoyan ni a trabajadores ni a empresarios, ¿a quiénes representan?