Samuel Gil Quintana

Libre de marca

Samuel Gil Quintana


Superhéroe a pesar de todo

07/01/2021

Recuerdo la primera vez que vi a un superhéroe. Vestía de corto, con el 6 a la espalda y su forma de correr era tan característica que, para distinguirle del resto, no hacía falta reparar en su media melena. Se llamaba Daniel pero todos le conocían como Pendín. Yo tenía 8 años y me sentía muy afortunado porque sabía que tardaría mucho tiempo en volver a ver a aquel futbolista capaz de levantar, con un solo gol, a todo un estadio.

Casi 20 años después del partido más emocionante de nuestras vidas, la Copa del Rey trajo de vuelta a nuestro último gran ídolo. Pero su esperado y merecido reconocimiento quedó deslucido. El club anunció la entrega de una camiseta por megafonía. Obviamente, nadie se enteró porque los altavoces de El Plantío son como el coronavirus: no se perciben a más de dos metros de distancia. El speaker se vació en elogios pero el pibe no pudo escucharlos. Es inadmisible que un estadio como El Plantío tenga una megafonía tan ridícula y vergonzante. Aún con todo, sin concesión para arreglarla, el Burgos cumplió con su parte del acto. 

El premio especial de la tarde fue para los brillantes protocolos antihomenajes de la RFEF, que regalaron una fotografía única: la del jugador más influyente de los últimos 30 años de burgalesismo recibiendo una camiseta, sin aplausos y casi escondido, en una de las esquinas del campo. 

Para colmo, el sueño de la Copa se acabó demasiado pronto. Aunque no todo fue malo. Los locales merecieron más ante un Espanyol que sufrió para pasar la eliminatoria. El Fondo Sur volvió a ondear como el estandarte de las grandes citas. Y despidió la noche cantando a Pendín. Como ocurrió en 2001, ante el Ourense, bajo esa misma grada. La misma que había esperado 20 años para reencontrarse con su superhéroe favorito.