¿T e has planteado ser madre? Esa sencilla pregunta le hubiera gustado a una amiga que se la hubiera planteado un profesional sanitario, en un momento de su vida, para reflexionar y disponer de información real sobre las opciones futuras de embarazo. 

La edad media de la maternidad en España se encuentra en el momento actual en 32,6 años, y son múltiples las circunstancias que originan que una mujer retrase su maternidad, pero tienen un denominador común: la búsqueda del deseado momento adecuado.

Hay trenes que se pierden por llegar tarde a la estación, y maternidades que no se alcanzan por retrasar ese momento. Aunque la esperanza de vida ha aumentado, la función ovárica no ha evolucionado de la misma manera, y cesa en un momento que en general viene determinado desde el momento del nacimiento.

Es comprensible que la sensación de juventud y de control de vida que puede percibir una mujer de 30-40 años, comprometida con su trabajo, con sus proyectos personales, de pareja, sus planes de vida…, favorezca que se distraiga de la vitalidad de sus ovocitos, sus células reproductoras, que exista un desfase entre lo que ocurre en el cerebro, ascenso, y lo que ocurre en el ovario, descenso. 

Un embrión femenino posee millones de ovocitos en el ovario, pero en el momento de su nacimiento esa cantidad ya se reduce a 1-2 millones, continuando esta pérdida a lo largo de su vida, y empeorando su calidad y cantidad a partir de los 35 años, momento en el que pueden aparecer las dificultades para conseguir el embarazo, situación que se agrava a partir de los 40 años. Y aunque algunas mujeres lo consiguen, otras tendrán que recurrir a las técnicas de reproducción asistida para alcanzar su objetivo. 

De ahí el auge de la criopreservación ovocitaria, que permite congelar ovocitos a muy baja temperatura, y almacenarlos sin alterar su estado, para ser utilizados cuando la mujer lo decida. Y también habrá que buscar ese momento…

Pero volviendo a la pregunta de inicio, es posible que la respuesta sea: no. Cada vez hay más mujeres que deciden no ser madres, las denominadas NoMo (no mother) que no sienten ese deseo, que eligen y se liberan de ese rol social en torno a la maternidad. La pregunta nunca será inadecuada para ellas, si la forma en que se plantea no lo es.

Y continúo con la conversación con mi amiga, ¿a qué edad planteamos la pregunta para dar la información? Ahí iniciamos otro debate que todavía no hemos concluido; pero yo me planteé compartir aquí esta reflexión, en nuestra tribuna.

Con un simbolismo muy simple, la maternidad es como un tren en el que una mujer se puede subir o no, en vagón de cabeza o de cola, puede llegar temprano a la estación o llegar justo a tiempo, pero que ninguna mujer debería perder, pensando en que el tren la esperará en la estación hasta que llegue.