Gadea G. Ubierna

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Otra facultad de Medicina

19/11/2020

En la campaña electoral para el rectorado de la UBU ha salido a la palestra la reivindicación de una facultad de Medicina para Burgos. La discrepancia con una petición que defiende más protagonismo para esta ciudad y que pretende subsanar una carencia, tanto académica como profesional, no es políticamente correcta, pero me parece importante aclarar que formar más graduados en Medicina cada año no solucionará el déficit de médicos que atenaza a esta provincia. De hecho, el HUBU tiene ahora un grave problema de escasez de enfermeros (no hay bastantes para atender consultas, plantas y, sobre todo, la UCI), a pesar de que en Burgos hay escuela profesional desde hace décadas. 
En España hay numerosas facultades de Medicina, públicas y privadas, en las que cada año se gradúan cientos de jóvenes. Pero la legislación establece que si quieren trabajar en la sanidad pública deben superar el examen MIR (al menos, así era hasta el estallido de la pandemia) y es ahí donde está buena parte de la solución a la escasez de facultativos. Para entender el porqué basta con saber que a la convocatoria de este año se presentaron más de 16.000 personas pero fueron 9.275 las plazas acreditadas en centros sanitarios de todo el país. Incrementar las plazas MIR es una cuestión de presupuesto (cuántos más aprueben, más salarios tienen que pagar las Comunidades Autónomas) y de organización (ampliación de personal dedicado a enseñar y tutorizar a esos jóvenes médicos). A esto hay que añadir otros factores, como la equiparación de las condiciones laborales a las de las regiones limítrofes para no estar en desventaja. Eso, entre otras medidas de fortalecimiento de la sanidad pública que otra facultad más, en sí misma, no puede resolver.