Ignacio Fernández

Ignacio Fernández

Periodista


Payback

14/05/2020

En esta crisis colectiva estamos cometiendo un error: no echar cuentas. Va en nuestro carácter. En Australia, el secretario federal de finanzas decía anteayer: “el dinero no lo dan los árboles”. Aquí, cuantificamos poco o nada, y no es por no gastar, sino por no perder la referencia. Anfac, los constructores españoles de coches, andan contando daños y su dictamen es severo: se hunde la producción, se hunde la venta, se hunde el sector. De los Mozos (Presidente de Anfac y de Renault España): “si no hacemos algo pronto, en tres meses estaremos contando los cierres de empresas”.

Y lo que ofrecen es una inversión en nosotros mismos: el “payback” de las ayudas es entre 1,5 y 1,8 euros por euro invertido. Están en juego no ya miles de empleos, sino estructuras demográficas enteras, comarcas, regiones, para las que la desaparición de una planta de fabricación de vehículos acarrea un giro dramático de consecuencias a largo plazo.

La clave es el retorno. No recargar con fiscalidad extra el mundo coche, sino aliviar los lacerantes eslabones de una cadena que recarga con impuestos la compra, el registro, la circulación, el repostaje… El automóvil y asimilados son un vehículo fiscal. Y en esta coyuntura siempre serán preferibles soluciones de alivio (como los ERTE) que no subvenciones a la desesperada que acaban por no servir de mucho.

Porque en ese universo operan otros planetas como el de los concesionarios, cuyo modelo de negocio venía lastrado por la caída de los márgenes y los atisbos de venta por internet. Y los “car sharing”, y las ciudades anticoches… Todo un reto para la industria del siglo XX que comienza el XXI con una pandemia que la puede dejar en canillas como no andemos listos.