Para mantener entretenido al personal, el Gobierno nos ha echado el hueso de la descentralización de Madrid. Y claro, hemos picado. Se trata de un presunto plan para repartir organismos dependientes del Estado en otras ciudades más allá del Foro. Estaremos hablando y escribiendo unos cuantos días sobre la cuestión. Hasta que llegue un nuevo globo sonda que se la lleve por delante. Será otra estrategia para que sigamos mirando el dedo y nos olvidemos de la luna. 
El asunto no tiene recorrido, y ya les digo a ustedes que a los ministerios no les van a mover de la capital ni los secretarios de Estado tendrán que cambiar de destino. Lo grave es que para justificar el anuncio, se duplicarán oficinas. Mientras eso ocurre, podemos entretenernos reclamando para nosotros algún trozo del pastel de la Administración que parece dispuesto a repartir el Gobierno de Sánchez. Una vez comprobado con cifras el desprecio sufrido por esta tierra en los Presupuestos, al menos que nos coloquen una Dirección General. 
No sé si habrá alguna que se encargue de gestionarlo, pero el caso es que las cuentas del año que viene van a destinar 32 millones de euros a combatir la 'masculinización' del medio rural. La partida sale del Ministerio de Irene Montero. Y claro, en Burgos presumimos de ser la provincia con más núcleos rurales. Merecemos por tanto esta pedrea. Antes, sin embargo, mereceríamos también una explicación. Que nos digan en qué tipo de programas ha de invertirse ese dinero para lograr tener más mujeres subidas al tractor o cuidando del ganado. 
Ayer fue el día de la Mujer Rural y conviene escuchar más a estos colectivos que no a burócratas que desde la capital pretenden decir a los habitantes de los pueblos cómo se 'desmasculinizan'.