María Vélez

Plaza Mayor

María Vélez


Imposibles

03/06/2022

Esta semana resulta inevitable hablar de Nadal, al margen del gusto o no por el tenis. Porque la genialidad del mallorquín va más allá de su juego. Tiene que ver con la capacidad de superación, con la competitividad, con la pasión y con muchos más valores encomiables dentro y fuera de la pista. Coincide además que hoy viernes cumple 36 años y esta tarde se juega el pase a la final de Roland Garros para optar a conseguir su decimocuarto título en París. Recién cumplidos los 19 ya ganó la primera Copa de los Mosqueteros, contagiando entusiasmo a lo largo de una carrera excepcional que sigue emocionando.

Los calificativos utilizados para definir su juego y sus victorias se repiten desde que era el mejor junior y continúan ahora como veterano. Igual que su lesión crónica, compañera desde sus inicios. Simplemente ha sido, es y será leyenda. Emociona y pelea como el primer día, aunque pueda ser el último, logrando imposibles. Un lujo. El tenis español vibra con Nadal. Y ahora también lo hace con Alcaraz. Es otro jugador, pero con sus 19 años gana, promete y recuerda en mucho al comienzo en los grandes circuitos de Nadal. Casos extraordinarios. El talento de ambos dibujó una vida ya enfocada desde niños a pensar en el tenis como profesión.  

Quienes cumplen ahora la mayoría de edad o están a punto también trazan estos días su futuro profesional. La semana que viene arranca en Burgos la EBAU, con las notas de corte para cada grado en el punto de mira. Ingresar en algunas carreras exige casi la perfección. Sucede, como siempre, en varias vinculadas a la salud. También, como habitualmente, ocurre que los salarios y las condiciones iniciales no se corresponden con las exigencias previas. Impulsa la emigración y evita la retención de talento. Pero España no aprende, ni con pandemia por medio; tampoco a incrementar la nota de corte para otras carreras cuya profesión relacionada se considera esencial. Exigir y cuidar a los mejores no parece un antojo si buscamos progresar como sociedad.