Jesús de la Gándara

La columnita

Jesús de la Gándara


Celebrar el hospital

28/06/2022

¡El tiempo pasa veloz!, ¿verdad? Pues no. El tiempo es lo único que no pasa. Es lo más estable que existe. Todo lo demás pasa y nada queda, como decía el poeta. Somos nosotros las víctimas del tiempo, y también las cosas que hacemos.

Los humanos sabios lo descubrieron hace más de 3.500 años. Parloteando entre ellos inventaron un sonido para expresar ese angustioso sentimiento. Algo así como kel-5. Dirían… quelcinco pasa la vida y llegan la vejez y la muerte. Pasaron siglos, el lenguaje evolucionó y de ese sonido balbuciente salió el latín celeber, de donde vienen celeridad y aceleración. Todo veloz, como la ansiosa vida moderna. Pero también salió el latín celebrare, que se usaba para hablar de los sitios o actos muy concurridos, frecuentados, numerosos o abundantes: La fiesta del palacio fue muy celebrada, dirían los invitados a los fastos romanos. O, en las Ferias Latinas abundaban tabernas, tenderetes, comidas y gentes alegres. Así fue como se inventaron las celebraciones, festejos, conmemoraciones, bodas de plata y de oro, o las de metacrilato, como podríamos llamar a las de los diez años. 

Y en esas andamos, celebrando lo rápido que han pasado los primeros diez años del HUBU, que casi sin sentirlo ha pasado de aquel niño alegre a este adolescente desorientado que intenta madurar tras una tormentosa pubertad, en la que los virus se le han subido a la cabeza. Pero estamos saliendo de ella y debemos celebrarlo. 

Si relee los párrafos anteriores se percatará de que un hospital cumple todos los criterios del concepto celebrar que vengo analizando: en él la vida y la muerte se suceden veloces; es el sitio más concurrido, frecuentado, de la ciudad; hay numerosas personas trabajando y abundan los útiles e instrumentos; todo se hace rápido, con celeridad, bueno, todo no, y ese es quizá su único defecto. El resto es bueno, bonito, abundante, tenemos sobrados motivos para celebrarlo. De hecho, quizá no haya nada en la vida humana que encaje mejor con el concepto celebrar que el concepto hospital. 

Por cierto, en latín lo contrario de celeber, su antónimo, era desertus, desierto y abandono, y esto es peor aun que la celeridad con que pasa la vida y llega la muerte. Así que… ¡Viva el HUBU!, celebremos sus primeros diez años, sus bodas de metacrilato.

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