Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Revolución acelerada

24/07/2020

La invasión de las nuevas tecnologías en el mundo laboral está provocando un cambio histórico sin precedentes, para muchos más allá de la irrupción de la máquina en el siglo XIX o de la revolución cultural que habría de suponer la invención de la imprenta cuatro siglos antes. Esto ya no es discutible. Lo que ahora inquieta es la duda sobre el ritmo al que se producirá ese cambio de paradigma, que afecta a millones de personas. Una masa laboral que será desplazada hacia la nada por su incapacidad para superar las exigencias de los nuevos retos profesionales.

Los augures de la economía afirman que la velocidad prevista del cambio se ha incrementado sustancialmente como consecuencia del Covid-19. La aceleración sostenida hacia un mundo progresivamente más automatizado se ha trocado en una celeridad insospechada. El teletrabajo ha irrumpido por la fuerza de los hechos y ha orillado no pocas reticencias.

La consultora McKinsey acaba de publicar un estudio sobre “El futuro del trabajo en Europa” en el que se afirma que una décima parte del empleo (24 millones de puestos de trabajo) se perderá como consecuencia de la automatización del proceso productivo y la incidencia de la pandemia en las relaciones laborales. El sindicato UGT estima que, en base a la cifra global anterior, España aportaría más de siete millones a ese volumen de nuevos parados.

La experiencia vivida, a la que pone cifras el informe citado, evidencia la necesidad de mejorar las redes de comunicación de internet y la obligación de evitar desfases entre territorios, de reducir los desequilibrios que existen entre la ciudad y el mundo rural. La gran asignatura pendiente de Castilla y León. En un coloquio celebrado en León, el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez Quiñones, anunció el compromiso del gobierno regional de realizar una inversión sin precedentes, en colaboración con Telefónica, para llevar internet de calidad a 1.200 pueblos, hasta alcanzar el 75% de la población. Las ideas están claras, la voluntad es firme, solo falta que la burocracia no ahogue tan buenos propósitos.