Carmen Hernando

Desde la campiña

Carmen Hernando


No todo vale

22/01/2021

Sin entrar a valorar qué medidas son las más adecuadas para reducir la incidencia del coronavirus, entiendo que tendrán que ajustarse a la legalidad… ¿o no? ¿O hay administraciones que pueden saltarse la ley a la torera cuando así lo estiman conveniente? El viernes pasado el presidente de nuestra comunidad autónoma decidió que su voluntad era más importante que nuestro marco legal vigente, y sigue en sus trece. No importa que supiera de sobra que no podía adelantar el toque de queda porque no entraba dentro de sus atribuciones. Menos aún que se lo hubieran advertido desde el Ejecutivo central. Él sigue diciendo que hay que frenar los contagios. Ya, pero es que no se trata de eso. Mejor no hacer memoria sobre las declaraciones de miembros de su ejecutivo en otras ocasiones en las que ciertas comunidades han osado contravenir las leyes estatales… Dicho esto, tampoco se entiende que el Gobierno central no haya querido solicitar la suspensión inmediata de este acuerdo con el fin de que se respeten los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Y ya que hablamos de respeto, por favor, señores del Gobierno regional, dejen de publicar acuerdos con efecto retroactivo. Entiendo que hay que ser ágiles en las medidas que se toman, pero una cosa es eso, y otra es despreciar a los ciudadanos. Es intolerable que anuncien medidas con menos de uno o dos días de antelación, para después publicarlas en el BOCYL pocas horas antes de que entren en vigor -¡o incluso después!-, y con frecuencia en términos diferentes a los anunciados. Y oye, si esto afecta a la supervivencia de miles de empresas de la región (bares, gimnasios, comercios…), por no hablar de los millones de ciudadanos castellanoleoneses cuyos planes se ven alterados constantemente y sin previo aviso… pues no pasa nada. ¿Es tanto pedir que se publiquen los acuerdos 48 horas antes de que entren en vigor, por ejemplo? No se puede ser más desconsiderado. Bastante esfuerzo estamos haciendo ya todos (algunos más que otros, ciertamente); lo mínimo que nos merecemos es un poco de respeto. 
Señor Mañueco, se ponga como se ponga, el fin no justifica los medios.