Fernando González Urbaneja

Cartas desde 44 leguas

Fernando González Urbaneja


Fin de año, pero no de ciclo

21/12/2021

Hace un año por estas fechas decía en esta misma columna: estas navidades serán las más atípicas y singulares de nuestra vida. Las recordaremos como aquellas de la pandemia, un capítulo en la historia por escribir del siglo XXI. Pues las de este año se les van a parecer mucho, nos acostumbrarnos a vivir en esta incierta y mudable pandemia que nadie sabe cuándo ni cómo acabará. Esa nueva normalidad que es cualquier cosa menos normalidad. 

Hace un año la expectativa se llamaba vacunas. Hoy, con más del 80% de la población local vacunada y otro alto porcentaje que ha pasado por la infección, seguimos acosados por el mismo virus que muta tan deprisa como los remedios curativos y paliativos que la ciencia aporta. El trabajo de científicos de todo el mundo que protagonizan una impresionante carrera para ofrecer soluciones. 

Fin de un año planteado como de recuperación y resiliencia (capacidad de adaptación frente a un agente perturbador o una situación a adversa). Así ha sido en buena media, es evidente la recuperación, aunque sea insuficiente; y más evidente esa resistencia a la adversidad, pero el ciclo resiliente no ha concluido, ni tiene visos de hacerlo durante el nuevo año. No sentimos el dramatismo del año 2020, pero tampoco la confianza del año anterior que parecía dejar atrás la Gran Recesión generada por la crisis financiera de 2018.

Este siglo XXI no da respiro, funge demasiado rápido e incierto; pródigo en avances científicos y tecnológicos, pero también en retrocesos morales y crecientes desigualdades.

Las democracias están amenazadas, aunque no vencidas, por populismos de distinto origen e intención y las opiniones públicas confundidas por exceso de información que no distingue fuentes claras o charcos ponzoñosos. El ciclo en que andamos insertos unos lo llaman el de la Gran Renuncia, entendida como frustración y otros el de la decepción por unos liderazgos políticos y morales muy mejorables. Otras navidades atípicas, angustiosas, en las nos queda la confianza en la ciencia, que ha sido lo mejor del año.