No me refiero al caso español, aunque tenga relación. Lo hago a la película noruega de 2016 titulado La decisión del rey (disponible en HBO, Youtube, Google o Apple tv) que relata con exactitud el comportamiento del Rey de Noruega Haakon VII (nacido Carlos de Dinamarca) que ocupó el trono noruego entre 1905 y 1957. Haakon ganó el trono tras un referéndum posterior a la separación de Noruega de Suecia, y lo ratificó en abril de 1940 con su compromiso con la soberanía de su país de adopción frente a la agresión y ocupación por los nazis.
La película es muy recomendable, austera en su presentación y muy fidedigna con los hechos. Buen guion, excelente interpretación y muy correcta dirección. Son dos horas largas de historia para exponer como el Rey noruego (que hablaba habitualmente danés), en un momento crítico, advirtió al gobierno que, en caso de rendición a los nazis, decisión que era competencia del Parlamento, abdicaría; no aceptaría ser títere de los invasores. El rey Haakon tuvo que huir al norte, abandonar el país y refugiarse en Londres, desde donde mantener la resistencia a los nazis. Volvió a Oslo, con plena adhesión y agradecimiento de los noruegos, en junio de 1945, cuando los nazis sucumbieron.
Haakon VII, abuelo del actual rey Harald V, cumplió con su conciencia y con sus deberes constitucionales defendiendo la soberanía nacional. Fue ejemplar y el pueblo lo apreció. Asumió su papel sin sobrepasarlo y sin someterse. Por eso figura en la lista de los reyes útiles a los sistemas democráticos de la modernidad. La ejemplaridad como valor esencial.
El Rey Felipe VI conoce esta historia; la tiene asimilada; sabe que su futuro depende de su utilidad a la soberanía nacional y a los españoles. En esa clave hay que entender su mensaje del 3 de octubre de 2017 con la soberanía nacional como referente esencial y sus comportamientos posteriores en asuntos más personales como la familia, fenomenal institución de difícil gestión. Su padre, Juan Carlos, también conocía la asignatura, pero con los años y las compañías la 'echó al olvido'.