Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Grotesco

28/04/2023

El olor a urna cada día que pasa es más intenso y esa cercanía, un mes para las votaciones, provoca en muchos casos enajenaciones mentales, estados de ansiedad incontrolados y comportamientos en el límite del ridículo. Los políticos dudan de sus propios programas electorales como instrumentos de movilización de los votantes. Así que, en lugar de aprovechar estas semanas para explicar sus intenciones confesables, optan por el espectáculo como forma de captar la atención. Y como lo de besar niños está mal visto, sobre todo después del Covid, no resulta fácil encontrar otras fórmulas que la palabra gruesa y en ocasiones la astracanada. Al menos que sepan los ciudadanos que existo, reflexiona el candidato.
Todo es superable, pero tal vez lo más bufo en esta tierra haya sido el comportamiento de un concejal del equipo de gobierno municipal en León. Nicanor Pastrana es su nombre. Aboga por la segregación de la región leonesa, aspiración que defiende en calzoncillos (así se paseó por la Plaza Mayor en su primer mitin). Opina que es la mejor forma de decirle a la Junta que está «dejando en bragas a los leoneses». Afirma que fue algo muy pensado, no fruto de «un calentón», y que no descarta repetir la exhibición ya sin calzoncillo. Va a por todas. Fue elegido concejal hace cuatro años como cabeza de lista de Podemos. Se integró en el equipo de gobierno que preside el socialista José Antonio Diez, como responsable de Acción Ciudadana, y por esta razón fue expulsado del partido. Pero todo tiene su fin y una vez probados los beneficios del poder, Pastrana quiere seguir. Así que se ha montado su propio partido, Adelante (Alantre en lleunés) que define como leonesista de izquierdas.
Pero puestos a buscar comportamientos estrafalarios, a Nicanor le salía en los mismos días un duro competidor. El vicepresidente de la Junta, García Gallardo, que desde su cargo institucional, al que debería tener la misma consideración que al sueldo que cobra, calificaba la fiesta de Castilla y León de excusa para montar un macrobotellón en Villalar y de aquelarre de la extrema izquierda. No debía saber que el presidente, Mañueco ,y otros compañeros suyos de la Junta sí que estuvieron en la fiesta.