Las Palmas ha sido el único equipo hasta la fecha que he visto muy superior al Burgos CF esta temporada. Y durante media hora, tampoco más. Ni Sporting ni Eibar creo que fueron mejores y solo el Leganés, jugando contra diez, tuvo contra las cuerdas a los blanquinegros. 

También en inferioridad numérica resistió el Burgos en Lezama para llevarse un punto ante el Amorebieta, que bien pudieron ser tres, y este lunes contra Las Palmas corrigió a tiempo Calero el desequilibrio en el centro del campo para aguantar las acometidas de Viera, Pejiño y Moleiro. ¡Vaya tres! Perdonó Jesé, cada vez menos Bichito, y el conjunto burgalés volvió a salir airoso de El Plantío tras golear al Pucela dos semanas antes.

Seis puntos en seis jornadas y solo cuatro goles encajados mantienen fuera de los puestos de descenso al conjunto burgalés, que ya prepara su visita este sábado a un Ibiza que ha arrancado el curso aún mejor (ocho puntos) y es el único equipo invicto en su estreno en la categoría.   

En Can Misses, Calero probablemente volverá a apostar por Alfonso Herrero. Oigo hablar muy bien de Caro, inédito hasta ahora, pero el toledano, con su seguridad cada partido, justifica por qué hoy es fijo bajo los palos. En unos tiempos en los que la mayoría de porteros despejan, Herrero se afana en blocar. Y eso, desde Cañizares, llevaba tiempo sin verlo hacer tan bien.

Herrero ha tapado las escasas rendijas en una zaga blanquinegra donde Córdoba -suplente el año pasado- juega todo desde la gloriosa tarde en el Francisco de la Hera; ahora junto a Miguel Rubio. Mientras, el burgalés Míchel Zabaco, entonces puntal, aguarda preparado para rendir cuando le toque, como ya hizo en El Molinón, en Butarque o contra el Eibar. Quizás en Ibiza, tal vez en el esperado derbi del día 3 ante el Mirandés...