José Manuel Pérez Ovejas

Plaza Mayor

José Manuel Pérez Ovejas


Maradona: el mago del balón

03/12/2020

Hace unos días conmocionó al mundo la noticia del fallecimiento de Diego Armando Maradona. Nadie puede discutir que el astro argentino ha sido uno de los grandes futbolistas de la historia, si no el mejor. Muchos califican al Pelusa como un jugador de otra galaxia, por encima incluso de Pelé, Cruyff y Di Stéfano. En el fútbol actual los más atrevidos quieren compararle con Messi (o a Messi con él), aunque los tiempos son otros y las circunstancias, también.
Aún después de muerto, Maradona sigue siendo el jugador más mediático. Su capacidad de liderazgo en los equipos donde jugó (y en el pueblo argentino o napolitano) evidencian el tirón de un malabarista del balón irrepetible. Valdano, compañero de selección, define su gol a Inglaterra en el Mundial 86 como «una obra de arte».
Es posible que los menos aficionados, hartos de tanta presencia del deportista en los medios desde su muerte, quieran destacar el lado oscuro de Maradona y los excesos de su poco edificante vida personal. Efectivamente, ha habido jugadores de primerísimo nivel que han sido modélicos, tanto dentro como fuera del campo. Todos recordamos la elegancia de Laudrup o Zidane, la garra de Casillas o Puyol, y la caballerosidad de Iniesta o Eusebio Sacristán y otros futbolistas que derrocharon clase y ejemplaridad.
Hoy, más que nunca, me quedo con el Maradona pelotero, cuyo legado es infinito. Ganó aquel Mundial de México ‘casi’ solo y en los equipos donde militó dejó una profunda huella en el plano deportivo. Vivió al límite, de acuerdo. Las drogas y el alcohol fueron su gran calvario y su perdición durante la mitad de su vida. Pero incluso en sus momentos más bajos, ya flirteando con esas adicciones, dejó muchos destellos de su clase y de su arrolladora personalidad en el terreno de juego.
Se ha ido el más grande, el mejor, el del gol antológico del siglo, el del gol con la mano, el del entrenamiento a ritmo de Live is life, el genio…
D.E.P. Maradona. Gracias por habernos hecho disfrutar tanto.