Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Viva la vida

22/06/2020

La pasada semana se confirmaba la suspensión de la edición de 2020 del Sonorama, que se une a la cancelación ya anunciada del Ebrovisión. Estos dos eventos de primera división, que ponen a la provincia en el mapa, no juntarán este año a las miles de personas habituales que, con suerte, volverán a dar ese ambientazo a las calles de Aranda y Miranda el año que viene.
En Burgos capital, por contra, no había mucho que cancelar. Otras veces hemos hablado aquí mismo del erial cultural, y de todo tipo, en que se convierte esta ciudad en verano. No se podrá bajar al Tablero de Música de la universidad, la cita de los jueves en el mes de julio. Pero, curiosamente, este verano habrá más conciertos nunca en la ciudad. Coincidiendo con la confirmación de la suspensiones, también la pasada semana se anunció el cartel del festival Viva la vida, una iniciativa que traerá de vuelta la música a cuarenta ciudades del país en el formato posible en estas circunstancias. En Burgos habrá 14 fechas, de julio a septiembre, en un lugar tan formidable como los jardines del Palacio de la Isla, sitio con historia y encanto. Podrán disfrutar de los directos 400 personas, todas sentadas. 
Esta iniciativa, así en pequeño y en un sitio bonito, recuerda a los Conciertos del Botánico en Madrid, o al Festival de Cap Roig en Calella de Palafrugell y suena muy apetecible. Un plan veraniego inédito podría ser vagabundear un rato por los senderos de tierra del Paseo de la Isla, ese espacio de la ciudad tan fantástico al que se presta tan poca atención (y tomarse una); perderse mirando los sonoros nombres en latín de los árboles; caminar un rato por la ribera del río o sentarse en la hierba (quizás tomarse otra) y, de postre, al caer el sol, concierto allí mismo.
Como en los festivales mencionados, la oferta es variada en estilos, aunque, en ese formato, yo lo tengo claro y me quedo con tres: el alma de Dulce Pontes, la fuerza salvaje de Diego El Cigala y, sobre todo, el genio absoluto de Kiko Veneno, una gloria nacional.
 Como dicen en los libros cutres de autoayuda, toda crisis es una oportunidad; quién sabe si esta es solo la primera edición de muchos veranos de música a la orilla del Arlanzón y la sombra de los árboles de La Isla.
Salud y alegría.