Ana Castellanos

Ana Castellanos


La crisis de ricos y pobres

19/04/2022

Nunca me había detenido a buscar los sueldos de los consejeros de las principales empresas españolas -banca, energéticas, alimentación, ropa...- hasta que un amigo mencionó hace unos días lo que ganaba el dueño de la suya. En 2020, José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, se embolsó 36,6 millones de euros, por su sueldo, acciones, objetivos..., etc. Lo normal y lo que cobró en 2019 roza los 4 millones. El presidente de Iberdrola, el señor Sánchez Galán, ingresó en 2020 algo más de 12 millones. Hasta 56 directivos de empresas que a todos nos suenan, como Caixabank, Repsol, Inditex, Endesa, Naturgy, Telefónica, Banco Santander o BBVA, ganaron más de un millón de euros.

Un trabajador afortunado en España con un salario neto de 1.400 euros y catorce pagas no alcanzaría un millón de euros brutos ni en 38 años de trabajo. Algo no me encaja en este puzzle de números. El desequilibrio me parece tan brutal que no me salen ni adjetivos para calificar unas retribuciones que insultan a millones de trabajadores.

Hay que juntar miles de españoles para alcanzar la cifra de estos 56 señores -solo hay dos señoras-. Aunque si el límite lo ponemos en 300.000 euros de sueldo anual son un centenar los directivos que lo superan. Estas cantidades son pecata minuta respecto de los emolumentos de alcaldes y concejales que tanto aireamos, aunque también me parece alucinante que el alcalde de la capital cobre como un ministro 74.000 euros anuales -3.500 al mes más dos pagas extra-.

Desde luego no creo que ninguno hable estos días, como hacemos la mayoría, de lo rápido que se le vacía la cartera en el supermercado o cuando llena el coche de combustible. Esas personas están en otra guerra que no es la del ciudadano y todas juntas deciden nuestro destino... económico.