Me vino a la cabeza hace un par de semanas con el partido del Albacete por la radio a todo volumen. Sin poder ir al campo, había que tirar de la radio, de mi querida radio. Y qué gusto da escuchar el fútbol así, oiga. Cuando digo fútbol, me refiero al Burgos CF, claro. 

Recordé, decía, las vueltas de Cantalejo el domingo en aquel Renault 21 por carreteras rodeadas de pinares. Atisbabas a escuchar goles del Madrid y del Barcelona. Algunos, menos, de un Atleti que las pasaba canutas. Ninguno del Burgos. No lo daban, no. Solo quedaba estar atento cuando alguien decía aquello de resultados de Segunda B y de equipos de ercera de capitales de provincia sin representación en categoría superior. No había móviles para mirar el resultado, ni frecuencias al alcance del dial que dieran fe de aquello.

Atravesar esos campos de Castilla, secos, que esperaban las aguas de abril y el sol de mayo, que decía el poeta. De carreteras rectas y pueblos pequeños, y hacerlo con alguien contándote por la radio lo que hacia tu Burgos era, sencillamente, una ensoñación.

Había que llegar a casa y bajar a por la hoja deportiva al Sandro, donde Luis, para ver qué había hecho la Leonesa, el Barakaldo y el Bermeo. Equipillos, pensará algún acostumbrado al caviar. Equipazos entonces.

Recuerdo escuchar por la megafonía vieja del Plantío que el Athletic B había perdido y el Burgos se había colado en un play off donde luego no rascaría bola. Había que evitar a Levante y Melilla, decía el periódico, uno por coco y otro lejano. Recuerdo intentarlo de nuevo contra el Murcia y el Granada de Notario, que luego se fue al Sevilla. 

Mañana juegan los andaluces en El Plantío y, no como entonces, el partido se ve en HD y por supuesto, se escucha entero por la radio. Nada que ver con la hoja deportiva y la radio entrecortada del R21, con la carretera de los pinares y Pepe repartiendo puritos antes de que el buenismo lo prohibiera. 

Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero si hablamos sólo de fútbol, y con fútbol me refiero al Burgos, claro, me quedo con lo de ahora. Porque mañana el partido se ve, se escucha, se siente y hasta se disfruta. Porque, qué coño, estás rozando el play off de ascenso a Primera y marzo ya marcea. Ojalá que las lluvias de abril y el sol de mayo le sienten tan bien al Burgos como le sentaron al olmo viejo del poeta.