Belén Marticorena

Sobreviviendo en la Jungla

Belén Marticorena


Cash

03/03/2023

Esta semana me he venido fijando que la mayoría del personal ya no usa dinero metálico para realizar sus pagos. Hemos pasado de llevar el monedero con mil departamentos en los que nunca uno encuentra lo que busca, a simplemente con tocar la pantalla del móvil, pagar. Sí, ese momento glorioso, en el que lo ganado con esfuerzo y trabajo huye de tu lado para activar la economía en otro rincón, convirtiéndose en algo etéreo, como si fuera un gesto del futuro que se ha hecho presente.

Este empeño porque dejemos de utilizar los billetes y monedas parece tener unos claros objetivos que, como siempre, solo benefician a los mismos. Ya sé que parezco paranoica y bastante neurótica, pero no puedo dejar de pensar que ahora ya no solo controlan nuestros ingresos, sino que también tienen fichado cada pago o gasto que realizamos, pasando todos ellos irremediablemente a formar parte del fichero de datos mundial. Esto me parece una total falta de respeto a mi intimidad, a mi libertad y a eso que tanto les preocupa y dicen proteger, mis datos.

Yo no quiero que el Estado sepa si me tomo un vinito tinto, rosado o una caña y menos dónde y con quién; tampoco quiero que sepa dónde me voy de viaje; o dónde decido comprarme un vestido, zapatos o bolso. Quiero que al menos mis decisiones divertidas y de ocio sean solo mías y de mi esfera privada, y no de los 'vigilantes', que a estas alturas seguro que ya conocen hasta mi talla de sujetador y la marca de rímel que prefiero, cuestiones de Estado que entiendo sean básicas para la adecuada gestión del país. Esta actuación roza, sino es que lo sobrepasa, una forma de acoso, que también dicen perseguir.

Y todo con el mismo objetivo de siempre, hacernos creer que actuamos en libertad porque tocamos una pantalla y pagamos, cuando realmente cada vez que tocamos la pantalla nos ahorcamos un poco más .Y lo digo con tristeza, porque empiezo a creer que incluso tomarme la caña o comprarme esos zapatos tampoco son ya una decisión mía, sino influenciada por alguna de las comunicaciones que recibo a borbotones, pero en cualquier caso, hoy voy a sacar dinerillo contante y sonante, y me daré el gusto de sentir que soy yo quien decide.

ARCHIVADO EN: Ocio, Economía, Estados Unidos