Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Tórtolas, tórtolos, y Tórtoles

26/04/2021

La señora Díaz, doña Isabel, versus el señor Gabilondo, don Ángel. También frente a la señora García, doña Mónica. Y contra el, ya millonario, señor Iglesias, don Pablo. Con poca, o ninguna, casi mejor, ayuda de la señora Monasterio, doña Rocío. Y la inocua compañía de un holograma mandarina en descomposición. El del señor Bal, don Edmundo. Juntos, pero no revueltos. Aburriendo a una vaca. En prime time. Eso sí. Todos en Telemadrid. Compitiendo en audiencia con Rocíito en la Cinco. No hagan rimas. Puede resultar acoso. Y con los casi tres que Benzema le metía al Cádiz en el Ramón de Carranza y en un canal de pago. La exclusiva del día después, sin embargo, saltaba lejos de Madrid. Ciento noventa y dos kilómetros más arriba. En el núcleo urbano principal de una subcomarca de la Ribera de menos de quinientos habitantes. Claro que sin olvidarse de los de la segunda población más habitada del territorio. ¡Viva Villovela! La pedanía de Tórtolas, Tórtolos, y Tórtoles de Esgueva. Como gustaría arengar a la, ya millonaria, señora Montero, doña Irene. Ministra de igual me da. Y es que Ciudadanos cambiaba de opinión. Se había cansado de yacer con Tierra Comunera. Lo que ahora llaman El Pecás. Lástima de tilde. Y había decidido ofrecer sus cariños al partido socialista. La noticia, sin embargo, era otra. Huelga decir que, a estas alturas, el trastorno bipolar otrora llamado depresión maniaca de los putativos de Inés Arrimadas ha dejado de ser noticia. La novedad era el miedo. El que los tres tortoediles mandarinas parecían tener a la reacción de las gentes. Quién sabe si temerosos del síndrome de Fuenteovejuna, o de las erecciones de sentimiento comunero de las que hacía gala estos días el señor Fernández Mañueco, don Alfonso. Así que pidieron ayuda a los mayores. Sus primos de Zumosol. El fotograma de Diario de Burgos no tiene desperdicio. Un híbrido entre Bienvenido Míster Marshall y Amanece que no es poco. El nuevo alcalde abriéndose camino, enmascarillado, entre los abucheos de un grupo de vecinos. Un paso por delante de sus dos guardaespaldas. También embozados. El vicepresidente de la Diputación y el procurador de su partido por Burgos. Será la nueva política. Puede. Pero va de lo mismo...