Lo siento. Hemos tenido nuestra oportunidad para demostrar una responsabilidad individual que no se ha visto de forma generalizada. Ahora, con una situación de riesgo extremo y unas cifras de contagiados y muertos comparables con las de abril y mayo, solo queda que las autoridades tomen decisiones y velen por la salud de los ciudadanos.
Y en este momento de transmisión comunitaria prácticamente en toda España necesitamos responsables políticos que asuman con valentía la asunción de medidas impopulares, y en muchos casos injustas, para frenar la pandemia. Alemania, con menos positivos diarios y el doble de población que España, ha aprobado un cerrojazo total durante un mes. Francia se encuentra en situación similar y Macron anuncia un confinamiento  duro de todo el país. Italia, Bélgica, Reino Unido... todos han adoptado ya restricciones para evitar que se desboque el coronavirus.
¿Y en España qué? Nueve comunidades ya han cerrado sus fronteras, pero otras tantas no lo han hecho. Algunas han ordenado el cierre de bares y restaurantes, otras sólo durante la noche... esto no puede ser. El Gobierno y las comunidades deben acordar medidas coordinadas y valientes antes de que tengamos que volver a encerrarnos en casa por segunda vez. Es duro y, como ya dije probablemente injusto, pero seguramente habría que cerrar todo el sector hostelero y de ocio durante varias semanas para conseguir aplanar una curva que nos permitiría una cierta apertura durante la Navidad. Indudablemente habrá que aprobar ayudas de urgencia para no hundir definitivamente a miles de autónomos y empresarios que ya están muy tocados. Pero hay que ser realistas y pensar primero en la salud pública.