José María Chomón

Bailando bajo el diluvio

José María Chomón


Café con Feijóo

10/03/2022

Es habitual que nuestros representantes públicos o sus asesores de imagen utilicen el Photoshop para lucir más atractivos. Disimulan arrugas, reducen papadas, ajustan tonalidades… Recientemente, un conocido político burgalés, que fue director general de Juventud, concejal, alcalde y ahora senador, decidió quedarse a solas con Feijóo, y borró de una vieja imagen a otros cuatro invitados, para resaltar su apoyo al nuevo líder del PP.

Más importante que la torpeza que se manifiesta con este proceder, es la escala de valores que este tipo de comportamientos denotan. La disposición a manipular, en este caso una fotografía, con el objetivo de buscar un interés particular, no respetando la veracidad de la imagen y silenciando u omitiendo la presencia de otras personas es una característica propia de lo que podríamos entender como persuasión malévola.

Decía Guy Duradín que una forma de manipulación es aquella basada en la supresión de datos para hacer creer que no existe algo real, añadir algunas referencias para convencer sobre la existencia de algo irreal, o modificar datos para desfigurar la realidad. En el fondo, como añadía este mismo intelectual, la manipulación es la perversión del derecho fundamental a estar informado.

Rafael Yanes, profesor de la Universidad Complutense, en su Decálogo de principios del buen comunicador político, resalta la necesidad de que toda comunicación política esté basada en el principio ético de servicio a la ciudadanía, por lo que siempre tendrá un escrupuloso respeto a la verdad. El comunicador político deberá creer honestamente en el contenido de su mensaje y los datos que introduzca en sus argumentaciones deberán ser rigurosamente exactos.

Baker y Martinson, en sus famosos principios éticos para una comunicación honesta, se refieren, entre otros, como inexcusables, a la veracidad del mensaje, el respeto por los receptores, y la responsabilidad social. Juzguen ustedes mismos de todos ellos cuántos ha infringido nuestro exalcalde en su café a solas con Feijóo.