El temporal que amenaza con hundir al Partido Popular es más fuerte que el de Terranova durante estas últimas semanas. La virulencia de los ataques entre la dirección del partido y la lideresa madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha provocado una galerna que amenaza con dejar vía libre al PSOE de Pedro Sánchez durante una nueva legislatura por incomparecencia de rivales.

En fin, sobre esto ya se ha escrito mucho estos días y no voy a descubrir nada nuevo, más allá de que ya no queda nadie que se alinee con Casado, ni sus más cercanos hasta hace unas horas. Sin embargo, de toda esta movida, que produce vergüenza ajena y sonrojo a la mayoría de los ciudadanos, podría salir beneficiado el candidato popular a la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien se ha quedado de repente sin nadie que le tutele en las negociaciones para la formación del Gobierno autonómico. No hay mal que por bien no venga.

El proceso de diálogo abierto por el Partido Popular tuvo su primer 'encontronazo' el pasado lunes con el líder socialista, Luis Tudanca, y su equipo. La reunión apenas duró un cuarto de hora y es que ni los unos ni los otros estaban demasiado dispuestos a hacer el paripé mucho tiempo, pues todos tenían claro que ahí no había nada que rascar. Otra cosa será el encuentro de hoy entre la delegación popular y Vox. Éste sí puede ser el kilómetro cero de una negociación que permita la formación de un Gobierno autonómico estable para la nueva legislatura. El interrogante que habrá que despejar es si Vox consigue abrir la puerta del PP y forzar una coalición o si los populares siguen erre que erre con un pacto de gobernabilidad sin tocar poder. Eso sí, a Mañueco no le llamarán de Génova para ponerle los límites. Al menos estos días.