Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Jóvenes desenfrenados

17/03/2021

Uno de los efectos secundarios que ha dejado la pandemia en nuestra ciudad es un curioso y preocupante fenómeno que se extiende por diversas zonas del centro y que tiene como protagonistas a nutridos grupos de jóvenes que, afectados por una suerte de ‘ansia de diversión’, se lanzan a las calles, botella en mano, sin respetar ninguna medida de seguridad. Según relatan hosteleros y vecinos, «toman al asalto» una zona, últimamente las Llanas, y se montan la juerga allí mismo; ponen música a tope, hacen botellón, lanzan vidrios al aire o bailan y cantan a grito pelado sin distancia ni mascarillas, sin importarles los riesgos o las molestias que causan a vecinos y hosteleros. Desde luego, son impresionantes algunas fotografías que circulan por las Redes tomadas estos días en la Llana de Adentro y en la Flora, que no se veían tan abarrotadas ni en sus mejores tiempos de la década de los noventa.
Los hosteleros están preocupados y no es de extrañar porque cuando pueden reiniciar su actividad, después de un año de cierres y pérdidas, ven cómo el ambiente que crean estos grupos ahuyenta a su clientela, a lo que se añade la escasa ayuda que reciben por parte de la policía que, al parecer, carece de los efectivos necesarios para hacerse cargo de la situación y se limitan a poco más que hacer acto de presencia, lo que obliga a los dueños de los locales a enfrentarse directamente con estos jóvenes que hacen oídos sordos o responden de manera poco amigable y, si no, que se lo digan a los vecinos del Casco Alto que en alguna ocasión se han atrevido a llamarles la atención y han sufrido su violencia. La situación es aún más preocupante tras el anuncio de la Junta de cierre de los locales donde no se respeten las medidas de seguridad ya que, aunque no se trata de clientes de los bares, se mezclan con ellos y las cosas se pueden confundir.
Parece claro que es necesaria una mayor efectividad de las fuerzas de seguridad para controlar este asunto y tampoco estaría demás que nos preguntáramos qué es lo que lleva a tantos jóvenes a desplegar semejante comportamiento, seguramente habrá expertos que puedan explicarlo y estudiar para ellos alternativas de ocio que no pongan en riesgo la integridad ni los negocios de los demás.