José María Chomón

Bailando bajo el diluvio

José María Chomón


Icomos sí importa

25/02/2021

Parece que el VIII Centenario de la Catedral se abona a las polémicas. Como suele decirse, hemos salido en todos los papeles. Al debate político sobre la financiación municipal para este evento se suma el debate público sobre el cambio de las puertas de la fachada de Santa María. Si hace un siglo el cardenal Benlloch consiguió, como legado para la posteridad, un amplio, que no unánime, apoyo para trasladar los restos del Cid y su esposa a la Catedral, ahora se pretende, también como legado para la posteridad, dejar una obra de arte del siglo XXI. No seré yo quien discuta al elegido, Antonio López, probablemente el artista vivo español más universal.
Pero el proyecto se ha topado con la protesta de un considerable número de ciudadanos y las dudas de Icomos. Las relaciones entre este organismo asesor de la UNESCO y el Cabildo vienen precedidas por regulares desavenencias. Al oscuro episodio de 2004 sobre la falsa inclusión de la Catedral en la relación de monumentos en riesgo, hay que sumar, entre otros, los desencuentros con los proyectos para la calefacción de la Seo, el proyecto municipal de rehabilitación y reconstrucción del Castillo, o la sustitución de las estatuas de la Galería de los Reyes, también en la fachada principal.
Resulta sorprendente que a Icomos se le despache con un ‘no es vinculante’ por parte del Cabildo y con el argumento de que la última palabra la tiene la Junta de Castilla y León. Bien haría el Cabildo en no ser picudo, templar sus manifestaciones públicas y enderezar unas relaciones nada fáciles. Nuestro más emblemático monumento es Patrimonio de la Humanidad, y tal reconocimiento, no al alcance de cualquiera, tiene ventajas, pero también hipotecas. El Cabildo es conocedor de que cualquier intervención en nuestra Catedral requiere, además de la autorización de la Junta, de la previa comunicación al Centro de Patrimonio Mundial. Incorporar nuevas obras de arte a nuestro más universal monumento es plausible, pero siempre con el previo y unánime beneplácito de todos los organismos competentes, incluido Icomos, aunque sus informes no sean vinculantes.