Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Temporada de riesgo

22/06/2022

Caímos allí por casualidad el pasado verano. Es lo que tiene dejar para el último momento lo de buscar alojamiento para vacacionar en el mes de agosto, que siempre se agota lo playero y popular y va quedando aquello que se supone menos atractivo en las zonas de interior de la España vaciada.

Así llegamos a la Sierra de la Culebra, a una casa rural en uno de los pueblos que han sufrido el incendio que ha asolado esa magnífica zona de Zamora. El lugar superó con mucho las expectativas, en gran parte porque el propietario resultó ser uno de esos enamorados de su tierra que se prestó encantado a enseñarnos todos los rincones de aquellos montes repletos de castaños, pinares y manantiales; porque Ferreras de Arriba resultó ser un pueblo tan abundante en acuíferos que llegó a tener hasta diez molinos en sus buenos tiempos. Pepe, nuestro casero, se seguía encargando de que el último de ellos continuara en perfectas condiciones. Él y otros como él también habían empleado su tiempo en levantar en mitad del monte un más que digno centro de interpretación donde, entre otros asuntos, explicaban cómo se las ingeniaban para defender a los rebaños del lobo cerrando el ganado en tenadas circulares, que allí seguían sin uso pero en pie, por las que las ovejas podían caminar sin amontonarse en una esquina y morir por aplastamiento cuando sentían el peligro. Pepe también nos contó que en aquellos lugares los cultivos y la cría de ganado eran casi un recuerdo porque la principal actividad de los pocos vecinos que quedan se centra ahora en los turistas que llegan atraídos por la sierra y sus lobos, la caza y los níscalos que crecen entre los pinos.

De ello me acordaba estos días viendo cómo las llamas lo devoraban todo, escuchando la desesperación de los vecinos y a los responsables de la Junta defendiéndose de las acusaciones de mala gestión que solo ponen en evidencia que siguen sin tomar conciencia de que hay mucho que asumir y mejorar. Al incendio forestal más grave de los sucedidos en España desde que hay registros se han enfrentado con menos de la mitad de los medios operativos y sin tener en cuenta las alarmantes previsiones meteorológicas y todo porque, técnicamente, «aún no es temporada de alto riesgo de  incendios».