Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


Escuchen al empresario

25/11/2021

El Gobierno nos habla de una vida mejor para los que envejecen, de una Sanidad donde nadie sufra en la espera. Los bancos nos prometen mejores intereses, los alimentos nos prometen mejor línea y las cremas nos garantizan una vejez con menos arrugas. Pero nadie escucha al empresario ni al autónomo, que no han nacido solo para pagar deudas y morir, sino también para vivir.

Hace meses, el Gobierno estableció una proyección oficial del PIB del 6,5% para el último trimestre. Pero, con los nuevos datos de la economía y estableciendo proyecciones más bien optimistas, será muy difícil acercarse al 5%. Un empresario sabe que un punto porcentual y medio es mucho, es tanto que equivale al menos a 180.000 empleos que no se crearán y a 7.000 millones de euros menos de ingresos para las administraciones públicas. La deuda pública en proporción al PIB será mayor y habrá que gastar más en seguro de desempleo. Con lo cual, esto ensombrece las perspectivas del 2022. 

Si un empresario pregunta al gobierno socialista cómo se crea la riqueza, obtiene la respuesta más estremecedora. Hablan de la demanda exterior, de inversión pública, del gasto social, de políticas de ingreso, de Fondos Europeos y de muchas cosas más. El hecho central lo pasan por alto y es el de un empresario que invierte para ofrecer un bien, que luego puede o no ser aceptado por un consumidor. Y es entonces cuando la riqueza aparece cada vez que el consumidor acepta con su compra el proyecto de un empresario.

La creación de la riqueza en cualquier país tiene un ingrediente clave que no es ni más ni menos que la confianza. Sin ella, el empresario no invierte, el capitalismo no presta su dinero, el proveedor no vende a crédito y el consumidor no compra.

Si cualquier miembro del Gobierno buscase un consejo para dar prosperidad a este país solo hay uno y es alimentar la confianza. Pero se pierde con un sistema fiscal donde los que producen y se esfuerzan, pagan con carácter confiscatorio y los que no, cobran. La mayoría de los gobiernos europeos han optado por una política fiscal de signo contrario para dinamizar sus economías, rebajando la carga impositiva a las empresas, sin esto perderán la confianza.

Si el Gobierno desea escuchar a la gente, debe de escuchar a los empresarios, a las personas que saben lo que hacen y que sobre todo demuestran el valor de lo que hacen.