Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Pascua y partitocracia

23/04/2022

Llueve sobre las flores y, aunque los días nublados nos apagan, sabemos que llegará el sol y todo se vestirá de verdor y esplendor. Sin esperanza es difícil luchar y hay que luchar para mejorar, esforzarse, sufrir, tomar la cruz cotidiana, superarse e intentar cambiar lo que no funciona o no es adecuado y hacer un bien mayor en este mundo para extenderlo, este es nuestro hermoso fin. Como decía Sócrates, antes de morir, hemos de preguntarnos si en nuestra existencia hicimos a los demás mejores, más sabios, más felices. A menudo somos torpes y provocamos innecesarios dolores. Pero si hubo males, el catolicismo muestra que siempre hay que partir del perdón y a cada caída, intentar levantarse de nuevo una y otra vez, para hacer el bien y cubrir con este nuestros males e imperfecciones. Llega la Pascua florida. El cambio de la muerte en Resurrección que nuestra tradición cultural y religiosa nos muestra de modo tan hermoso en variados ritos nos infunde esperanza, pues no todo acaba mal. Lo esencial puede, de otro modo, espiritual, prosperar. El mal muta en bien. La muerte, vencida. Esperemos que también esto penetre a nuestro sistema político, para que vaya cambiando, al menos con la crítica pues para cambiar hay que reconocer el errar.
Si llamaba la atención que el Ministerio de igualdad recibiese para sus proyectos más millones que educación o sanidad y defensa, con sus políticas transversales -20.319 millones- ahora, en plena crisis y asfixia económica de la mayor parte de la población, se destinan trece millones y medio en subvenciones a los partidos políticos, para cubrir sus «necesidades» pero también sus necedades. Así demuestran que parece importante una reforma a fondo en nuestro sistema, tan imperfectamente democrático, pues en realidad vivimos en una partitocracia. Esos grupos que reclaman nuestros votos nutren a sus genes y reparten puestos y dineros, colocándose en la cima de la sociedad, a veces por puro interés personal. El dicho de Edmond Thiaudére se cumple: «la política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular.»
Habrá que revisar en qué se nos va tanto gasto, cuando tanto se nos está exigiendo, vaciando nuestros bolsillos. Habrá que disminuir la casta política y un entramado institucional, burocrático y administrativo que en vez de ayudar muchas veces frena el desarrollo de nuestra sociedad. Habrá que desregular, eliminar un bosque de legislaciones imposibles, complejas y torpes, para devolver la libertad en muchos campos. Un campo que de momento está vallado y con alambre de espino en demasiados aspectos.
No se ve de momento sino la lluvia, el frío a veces, pero si se aprovecha esa llorera podrían fecundarse las semillas para que florezcan mejorando nuestra sociedad, disminuyendo la partitocracia, dando importancia a los programas eficientes que ayuden de verdad a las gentes.