Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Tambores de guerra

01/11/2021

En la Sanidad pública de Burgos suenan tambores de guerra: la Atención Primaria carece de suficientes profesionales y no hay relevo generacional, las zonas rurales se resisten a cerrar consultorios aunque estén manifiestamente infrautilizados, el Hospital San Juan de Dios carece de medios para cumplir sus compromisos con la sanidad pública, y el HUBU tiene sus propias batallas aunque éstas parecen librarse más fuera de su recinto, en los medios de comunicación, que entre sus paredes. La pregunta es cómo está influyendo esto en la atención a los ciudadanos, objetivo prioritario de esa atención, y cómo están gestionando los responsables de estos asuntos las posibles soluciones. Y las soluciones pasan por dejar trabajar a los gestores que saben de esto, sin permitir que el ruido de la política partidista intoxique a la población con mensajes que buscan votos y no soluciones, y pasan también por explicar con claridad a los ciudadanos qué está pasando y por qué, para que entiendan los motivos por los que se toman determinadas decisiones. 
El deterioro de la sanidad pública viene de lejos, no es casual, se ha gestado a fuego lento por aquellos que buscan hacer negocio con todo, y la salud es un magnífico negocio porque la necesitamos todos. Que se acercaba una avalancha de jubilaciones de médicos era de dominio público pero no se hizo nada para evitar esta ausencia de relevo generacional en la que estamos. Que la sanidad en el medio rural necesita una reordenación de sus recursos es evidente, pero ahí están los políticos de pensamiento sombrío y lengua montaraz para decir a los ciudadanos que tienen derecho a tener al médico en la puerta de su casa y que ellos defenderán sus intereses. Que el HUBU era una obra faraónica a mayor beneficio de los que se han lucrado con ella siempre fue evidente, pero el poder y la riqueza maridan bien con frecuencia.
En estos momentos necesitamos gestión, identificar con claridad los problemas y que se sitúe a las personas y a su atención en el centro de todas las soluciones, sabiendo que esto es sanidad pública al servicio de la mayoría y que lo público cuando se convierte en negocio deja de serlo.
Es un derecho ciudadano y una obligación de los gestores.