Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


Una iglesia más femenina

28/02/2022

Han pasado bastantes años, pero todavía recuerdo un reportaje en 'Informe Semanal' de TVE en el que sus reporteros lograban entrar en una residencia del Opus Dei de Zaragoza para contar el día a día de sus residentes, todos numerarios. Junto a varones de alta formación académica y muy comprometidos con su orden, varias mujeres limpiaban, planchaban y fregaban. «Dios nos ha llamado a servir así», decía una de ellas. Parecía convencida de un orden natural e inmutable.

La Biblia está llena de pasajes en los que la mujer no pasa de ser esa 'costilla' que complementa al varón. Afortunadamente, hace tiempo que hasta los creyentes lo ven como un libro metafórico y no como una verdad revelada e intocable. Si no, las sociedades cristianas no habrían avanzado en estos dos mil años. Estos días la Asamblea Diocesana discute en Burgos el papel de la mujer en los púlpitos y sus alrededores. ¿Sabían que la gerencia de la Catedral está en manos femeninas? ¿Y que de 39 asociaciones laicales en la provincia, 28 las presiden ellas?

Como en ese piso de la orden de San Josemaría Escrivá, estamos acostumbrados a ver a las mujeres barriendo la iglesia, colocando los centros de flores o pasando el 'cepillo'. En muchos pueblos puede que ya no haya cura, pero el templo se mantiene como los chorros del oro gracias a esas voluntarias siempre dispuestas a labores hacendosas y casi hogareñas.

Pero, a la fuerza ahorcan, y la Iglesia no puede permitirse marginar a la mitad de su población si quiere seguir sosteniendo sus espadañas y campanarios vivos. Aparte del anquilosado voto de castidad de religiosos/as, por el que tan alto precio sigue pagando la Iglesia, la pérdida de vocaciones y la secularización de la sociedad están impulsando de forma callada una creciente feminización de muchas parcelas eclesiásticas. En Roma, Francisco I ya ha echado cuentas y sabe que la mujer es más de la mitad de todo su 'rebaño'.

Ya no es extraño ver a mujeres ayudando y reclamando su papel. No como una lucha de poder sino para que en las creencias se permeabilice también el pulso de una sociedad en tránsito, aunque sea lento, hacia la igualdad. Ahí están los anglicanos a los que ya no sorprende ordenar obispas. Falta mucho para llegar hasta ahí, pero el caso es ir pasando las 'cuentas' del 'rosario' de los avances.

ARCHIVADO EN: Plaza Mayor, RTVE, Zaragoza, Burgos, Roma