Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Queso de Burgos

23/11/2022

Que hay alimentos y platos íntimamente ligados a sus lugares de origen o elaboración es algo más que evidente. Si oyes hablar de Cabrales te viene a la mente Asturias, con la butifarra te vas a Cataluña y el turrón, que endulzará nuestras mesas en las próximas fiestas navideñas, nos lleva a Alicante. Comprar allí estos productos, o en otros sitios los propios del lugar, asegura siempre un plus de calidad pero como dice el refrán, unos crían la fama y otros cardan la lana y muchos producen sucedáneos de dudosa calidad aprovechándose del buen nombre logrado por el trabajo de muchas generaciones de artesanos. Para, entre otras cosas, evitar que nos den gato por liebre se puso en marcha la Indicación Geográficas Protegida (IGP), un sello otorgado por la Unión Europea que designa a los productos que poseen un origen geográfico determinado, cuya calidad o reputación se debe a esa procedencia.

En 2020, tras más de veinte años de trabajos, la morcilla de Burgos conseguía su IGP. A partir de ese momento ninguna morcilla elaborada en un sitio distinto a nuestra provincia puede llevar este apellido. En la actualidad, otro alimento que une su nombre a nuestra ciudad, el queso, se encuentra desde hace varios años en trámites para conseguir este marchamo de calidad y protección a pesar de la férrea oposición de la Federación Nacional de Industrias Lácteas que ha recurrido la petición ante los tribunales. Argumentan, entre otras cosas, que 'queso de Burgos' no se puede registrar porque es una denominación genérica que hace pensar en un tipo de alimento y no en un origen. Más bien, lo que ven peligrar es el origen de los beneficios que les lleva generando durante muchas décadas poner queso de Burgos en los envases de cuajados lácteos variopintos por los que, en algunos casos, se deberían pedir daños y perjuicios por atentar contra el buen nombre de este alimento tan tradicional.

Afortunadamente, en los últimos días un juzgado de Valladolid ha dado la razón a los pequeños productores de nuestra provincia, lo que refuerza la petición que se presentó en su día ante los organismos competentes de la Unión Europea que esperemos que pronto otorguen la IGP a este manjar de la gastronomía burgalesa.