Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Legislatura y futuro

19/05/2022

Entre la convicción del Partido Popular y el resto de partidos conservadores de que ya está acabada, entre la confianza cero que tienen en el presidente del Gobierno sus socios necesarios, y entre la convicción de que "ninguna turbulencia" afectara su decisión, se mueve el futuro de la legislatura, a la que le queda año y medio para acabar en su fecha si no surgen más sobresaltos. La esperanza del Gobierno para que llegue a término es que logre enderezarse la situación económica, que siendo manifiestamente mejorable por el efecto de la inflación desatada y porque el crecimiento del PIB no alcanza las expectativas previstas, cuenta con otros indicadores que señalan que las perspectivas mejorarán bien por la acción del Gobierno bien por su omisión y la iniciativa empresarial.   

Cuando hace unos días el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmó que nada impedirá acabar la legislatura, cuando estaba cercado por sus socios y aliados por la respuesta al espionaje de los líderes independentistas catalanes, también afirmo que la fortaleza del Gobierno se mide por las leyes que es capaz de sacar adelante, los acuerdos con los agentes sociales y las reformas que dejan sentir sus efectos positivos en la vida real de las personas.  

Sin embargo, en todos esos aspectos, sus pretensiones hacen aguas. Sánchez tiene que recuperar la confianza de ERC que por ahora es 'cero' según el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que con un ojo mira a Madrid y con el otro a sus socios de gobierno, JxCAT. La próxima reunión que mantendrá con Pedro Sánchez dará la medida del apoyo que están dispuestos a brindar en el bien entendido que no habrá comisión de investigación parlamentaria sobre el espionaje con 'Pegassus y que no rodarán más cabezas.   

Si Sánchez logra recomponer las relaciones con ERC –"No estamos aquí ni para tumbar gobiernos ni para apoyar al Gobierno, dijo el líder de ERC Oriol Junqueras-, la oposición conservadora considerará que se ha vendido y preguntará qué precio ha pagado. Y eso a pesar de que el independentismo catalán atraviesa sus horas más bajas en cuanto a aceptación popular y algo tendrá que ver la forma en la que el Ejecutivo ha abordado este asunto. ERC ha demostrado ser un socio poco fiable en los momentos decisivos y puede que lo siga siendo. 

Otra de las patas en la que Sánchez ha apoyado su acción de gobierno, con el concurso de Yolanda Díaz, ha sido la de los acuerdos entre los agentes sociales y económicos. Pero esa puerta se ha cerrado. Ninguna de las partes quiere oír hablar de un pacto de rentas y los convenios se negocian a cara de perro con la evolución de la inflación en la mente de todos.  

Y entre errores garrafales , geometría variable y sentido de Estado del PP, Sánchez ha logrado sacar adelante algunas de las normas esenciales de los últimos meses, pero son circunstancias que dan la medida de la inestabilidad de los apoyos parlamentarios con los que cuenta, y en el horizonte de la legislatura se presentan tres leyes 'progresistas' para las que por el momento no ha reunido los votos necesarios para sacarlas adelante, la ley de Vivienda, la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana y la de Memoria Democrática, porque ni tan siquiera sus socios de gobierno y parlamentarios las apoyan porque se quedan cortas. A pesar de todas las dificultades, "e pur si muove", Sánchez está dispuesto a terminar la legislatura.