Aeste ritmo de presentación de propuestas, cuando lleguen los días de campaña electoral a muchos partidos políticos ya no les van a quedar temas que no suenen gastados. Ayer salió a colación hasta Babieca, como a estas alturas de periódico ya habrán leído. Parcelas a las que no se ha hecho caso en años se disputan diferentes usos y proyectos descartados de programas de años anteriores -y ojo, rescatadas incluso de otros partidos de ideología opuesta- ocupan ahora un titular en la desesperada carrera hacia las alcaldías. Sin embargo, no todo ha sido ladrillo y millones estos días: entre tanto proyecto en mayúsculas se ha colado un pequeño destello de realidad. Se ha hablado -un poco- de los jóvenes. Aunque solo se han esbozado unas ideas, qué bien estaría que durante la campaña (la de verdad, la que empieza el viernes que viene) se desarrollaran o incluso centraran los mensajes de todos los que aspiran a presidir el salón de plenos durante los próximos cuatro años. 

Podrían demostrar que les preocupa el talento que ha emigrado, pero también el que empieza a despuntar aquí. Podrían ofrecer soluciones concretas para la demora en la atención psicológica a las personas jóvenes que se encuentran en una situación vulnerable. Mostrar sus propuestas para propiciar su creatividad, decir cómo van a facilitar la utilización de espacios para actividades, explicar de qué modo van a escuchar y a canalizar las inquietudes de quienes tienen que ver la ciudad en la que viven como un espacio que les ofrece lo que necesitan, atractivo y con oportunidades para quedarse o para volver. La lista de tareas de los candidatos es larga y contiene puntos tan sensibles como modernizar y a la vez hacer accesible la administración, solucionar atascos en algunas áreas municipales, equilibrar las inversiones y atender a los barrios más alejados del centro. Con todo eso, también estaría bien que la parte dirigida a la población joven no se quedara en un par de puntos alejados de las primeras páginas. Algunos votan este 28 de mayo por primera vez y a muchos no les queda tanto. Que el tiempo pasa volando.