Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Protocolos

04/04/2022

Cuando no sabemos qué hacer con algo se crea una comisión. Así sucedió en 1981, cuando apareció el sida y nadie sabía a qué nos enfrentábamos ni cómo actuar. Representando al Hospital General Yagüe, fui enviado a Valladolid como miembro de una nueva comisión en la que me reuní con otras 8 ó 10 personas que tampoco sabían nada de sida pero, compartiendo incertidumbres pretendimos vislumbrar certezas, pero no lo conseguimos. Salimos de allí con las mismas dudas, pero el hecho de ser miembro de esa comisión me otorgó automáticamente la categoría de experto a los ojos de los demás. Todo un milagro y un reto.

Crear comisiones es una estrategia universal. Recientemente he sido invitado a participar en otra comisión, esta vez creada por el Ayuntamiento de Burgos para la prevención del suicidio. El asunto es de gran calado, muy actual a la vista de cómo evolucionan las estadísticas y nada fácil de abordar, incluso es legítima la pregunta de si el suicidio se puede prevenir. Obviamente cuanto más tiempo, dinero e interés se invierte en algo mejores resultados se obtienen, y con esa esperanza trabajamos. Allí, rodeado de un excelente grupo de profesionales de distintos ámbitos, hacemos camino al andar por una senda que ha tenido mucho de clandestina hasta ahora pero que, afortunadamente, empieza a visibilizarse. Veremos hasta dónde alcanzan la ilusión y el esfuerzo.

Pero las comisiones corren el riesgo de limitarse a elaborar protocolos. La palabra protocolo ha sido de las más usadas en los dos últimos años en el transcurso del covid: son las líneas maestras que marcan los expertos con el fin de orientar sobre la conducta a seguir cuando no se sabe qué hacer, mapas que indican la mejor ruta cuando el camino se bifurca. El covid tuvo también sus comisiones y no digamos protocolos, más de uno a la semana que corregía al precedente. Covid, comisiones y protocolos se hermanaron estrechamente durante la pandemia.

Las comisiones además, son el caldo de cultivo del que nacen los expertos, figuras sin título académico, de reconocido prestigio y conocimientos de origen incierto.

Hoy ando un tanto revuelto: escéptico en comisiones, agnóstico en protocolos y descreído con los expertos.