Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


Merecidas vacaciones

24/06/2021

El fin del curso escolar, la noche de San Juan y los añorados Sampedros marcan el cambio de estación. Este año, además, nos veremos las caras después de meses enmascarillados y muchos disfrutarán de la calle mecidos por esa tranquilidad que da saberse protegidos contra el coronavirus. Este verano es más una primavera y no solo lo dice el termómetro, sino también el renacer de una sociedad que ha soportado muerte, enfermedad y dolor. La crisis no está superada pero vamos camino de ello. Será difícil ver el gran titular de ‘¡La guerra ha terminado!’ pero encontraremos la paz y la salud perdidas. 
Me gustaría hacer una mención expresa en estas líneas a las escuelas que estos días cierran sus puertas, a su profesorado y sobre todo a su alumnado, que nos han dado una lección de disciplina y saber hacer ante la adversidad en el curso más difícil. De entrada, el coste de este esfuerzo para todos ellos ha sido ímprobo, pero creo necesario estudiar la huella que año y medio de pandemia ha dejado entre los más vulnerables: niños, adolescentes y jóvenes en pleno periodo de crecimiento y desarrollo personal. Intuyo que muchos procesos de construcción emocional, física e intelectual habrán quedado bloqueados o retardados y que esta generación puede quedar marcada -para bien y para mal- por la covid. No se han relacionado con normalidad (se han disuelto muchas pandillas), no han hecho deporte, no han competido en equipo, no han viajado, no han jugado al aire libre, no se han querido, ni conocido, ni abrazado...; se han acostumbrado a las pantallas, a los auriculares a tope y a los amigos online, a la diversión entre cuatro paredes, al móvil como la mejor compañía día y noche... Muchas cosas no les encajan y espero que les empiecen de nuevo a cuadrar durante estas vacaciones reparadoras. El próximo curso (¡cuánto queda todavía para eso!) debe centrarse en ellos y en su reconstrucción. Se lo merecen.