Tengo un grupo de amigos de esos que te da la vida, y aunque a veces también nos vemos otros ratos, tenemos un día fijo a la semana, los viernes, reservado para juntarnos, salvo catástrofe u obligaciones inaplazables.
Pues bien, esos viernes las conversaciones son diversas: hay quien tira más hacia problemáticas filiales, otros que aborrecen estos asuntos y prefieren divagar sobre temas más filosóficos, e incluso alguno que tiene la rara habilidad de reconducir todo debate, sea sobre el asunto que sea, hacia una tertulia sobre sexo. Ahora bien, como suele suceder, entre las cuestiones que más discusiones suscitan están las políticas. Nuestra pandilla es variada ideológicamente, y hay una polémica recurrente entre dos de sus miembros: mientras que uno reconoce los avances en materia social cuando gobierna la izquierda en España, pero piensa que se realizan siempre a costa de la economía, otro considera que un gobierno progresista es capaz de avanzar socialmente y al mismo tiempo conseguir que la economía vaya bien.
Pues bien, con el fin de respaldar esta última postura, quiero desde aquí enumerar algunos datos relevantes, comparando la situación que dejó el último gobierno de la derecha con el momento actual: Tasa de desempleo (EPA)- 15,3% en junio 2018 versus 13% en diciembre 2022; Tasa de temporalidad de los contratos (EPA)- 26,8 % versus 17,9 % en las mismas fechas. Aumento del salario mínimo -14% desde junio de 2013 a mayo de 2018 versus 47% desde junio de 2018 a febrero 2023 (incluso Garamendi se ha aplicado la subida del 8,5% SMI en 2023)-. Revalorización aplicada a las pensiones con carácter general en los mismos periodos (5 años aproximadamente en cada caso): 1,3 % versus 16,6 %. Por no hablar de la hucha de las pensiones que Rajoy aminoró desde más de 60.000 millones de euros a menos de 10.000, así como el rescate de Europa al que nos abocó; ni de los beneficios récord de las empresas del IBEX en 2022…
Estos son algunos hechos, y a partir de aquí, existen muchas opiniones, todas respetables y sobre las que seguiremos debatiendo cada viernes. A ser posible, entre risas y con una caña en la mano.