El jueves se celebraba el Día del orgullo friki. Todo viene porque si decimos en inglés cuatro de mayo suena como el comienzo de la frase "que la fuerza te acompañe" (may the force -May the 4th- be with you). Esto es lo que se desean los jedis en las películas de Star Wars, la franquicia del cineasta George Lucas.

Hasta no hace mucho llamar friki a alguien era considerado un insulto. Pero hoy ¿quién no tiene algo de friki? Friki o friqui, es alguien raro, extravagante, pintoresco o que practica desmesurada y obsesivamente una afición. Esta definición de la RAE hay que matizarla un poco porque, al final, todos tenemos algo de raro, extravagante y pintoresco. Quien no lee mucho, le encanta cultivar su huerto, madrugar los domingos para andar en bici o hace cortinas de macramé. Todos tenemos nuestras rarezas a ojos de otros que consideran normales sus gustos o aficiones. Es más, hasta se está empezando a acuñar el término 'normi' para designar a aquellos que no son frikis o son demasiado normales porque no tienen o hacen algo destacable o fuera de lugar. 'Normi' aún no está en el diccionario, pero todo se andará.

Habrá quien cuestione, como todo, si es un orgullo ser friki y que para qué se celebra. El mero hecho de ser personas ya es un motivo para estar orgullosos y si puedes tener una ocasión para celebrar con mucha gente una pasión compartida, pues mucho mejor. ¡Hay hasta himnos! Y asociaciones. Cualquier agrupación de personas a las que le gusta hacer algo se podría considerar friki. Que alguien me diga si juntarse para leer durante 10 horas El Quijote es raro o no… Además de las peñas, en Aranda existe una asociación deliberadamente friki. De nombre impronunciable, Genshiken Ginko, suelen reunirse para jugar a juegos de mesa, slot, leer y dibujar cómic o practicar jugger (los de los palos de colores que están al lado del Vela Zanetti o detrás de la gasolinera del frontón). Si es que hay gente para todo…