Eso que ha dicho Emiliano era muy de nuestras madres. Siempre que hacíamos alguna picia era porque nos habían inducido a ello. Nosotros, angelitos, éramos incapaces de matar una mosca. Eran los malotes los que nos llevaban por el mal camino. Para el político castellanomanchego, las malas compañías de las que se rodea el PSOE son las de Unidas Podemos, ERC y EH-Bildu, es decir, las que han permitido a Pedro Sánchez sacar adelante la legislatura pero que a nueve meses de unas elecciones municipales y autonómicas empiezan a incomodar a alguno de esos que llaman barones socialistas. No han tardado desde la sede de Ferraz en salir al paso de los reproches de García-Page y le han dicho que no enrede. Le recuerdan que también él se presenta bajo la misma marca del puño y la rosa. 

Más sorprendente es el dedo en el ojo que le ha metido el presidente extremeño. Guillermo Fernández Vara le ha atizado recordándole que él (Page) llegó a presidente en 2015 gracias a su pacto con Podemos. Ya saben, lo del haz lo yo diga, pero no lo que yo haga, tan común en política. 

Los desencuentros en las filas socialistas demuestran lo evidente:que las elecciones en ayuntamientos y regiones no nacionalistas se ganarán por el centro. En este caso con más motivo, ante la orfandad en la que van a quedar los exvotantes de Ciudadanos. El alcalde de Burgos no ha tardado en entenderlo y no se le ve incómodo jugando más en el centro que en la izquierda. Daniel de la Rosa hace tiempo que dio por amortizado a su vicealcalde Marañón, al que le sigue regalando los oídos con su Burgos Río mientras perfila estrategias y mensajes para robarle un puñado de los votos que logró el líder naranja en 2019. Puede que hasta diga que si no le han salido los proyectos esta legislatura ha sido por las 'malas compañías'.