José Ramón Remacha

El mirador diplomático

José Ramón Remacha


Volviendo a Gaza

04/06/2021

La crisis de Gaza ha tenido efecto en la política interior de Israel. Las conversaciones para formar gobierno terminan en un acuerdo entre ocho partidos que componen un grupo, unido por un solo vínculo: apartar del gobierno a su líder actual que es Netanyahu, actor señalado en la conducción de la guerra en Gaza. Este acuerdo precisa aun el respaldo del parlamento y de no alcanzarlo habrá que repetir elecciones. Pero lo más destacable, por encima de su viabilidad, es que en la coalición aparece por primera vez un partido árabe. Es decir, árabes de nacionalidad israelí. Son pocos, pero los suficientes para que el acuerdo alcance la mayoría necesaria en el parlamento. Del poder real de las minorías parlamentarias sabemos más que nadie en estas tierras. O sea que son importantes a la hora de formar gobierno. La población árabe israelí se estima en 20% del total, y se encuentra en Jerusalén, Tel Aviv, Haifa, principalmente. Tiene una característica típicamente árabe, o mejor dos. Una es que su crecimiento demográfico está garantizado, es imparable. Y la otra que son parientes de los palestinos, de los que están en Gaza, en Cisjordania, en Belén o Jerusalén. Por eso han dado el paso al frente apoyando el efecto anti-Netanyahu.
No es posible predecir el resultado de esta movida, por lo menos a corto plazo. La tensión sigue siendo grande en este rincón tan próximo a Europa. Muy grave, desde el punto de vista humanitario.
Esta vuelta de la vista a Gaza nos recuerda que la presencia israelí en Oriente Medio se basa internacionalmente en la decisión británica de crear un hogar judío en Palestina. Un lugar donde el pueblo hebreo pudiera vivir tranquilo, sin persecuciones. Era oportuna en el tiempo y solidaria en la forma. Todo ello con la ayuda de Estados Unidos. Pero la Declaración Balfour ha fracasado en la parte más importante de su objetivo. No ha conseguido la creación de un hogar tranquilo. Puso en marcha una inmigración muy fuerte para un territorio pequeño. Miles de palestinos se vieron despojados y fueron emigrando. El origen de los campos de refugiados palestinos, de la concentración de Gaza, está en la Declaración Balfour, confirmada sin ningún fundamento por Donald Trump.