Rafael Barbero

Lo que de verdad importa

Rafael Barbero


Visión estratégica

29/09/2022

Imagínense la situación. Un emprendedor, de profesión navegante, y de nombre Cristóbal Colón, se presenta ante los regentes castellanos a finales del siglo XV y les traslada su proyecto, su sueño. Quiere iniciar una expedición que permita llegar a las indias orientales a través del océano Atlántico, hacia el oeste. Si lo conseguía, abriría una nueva vía para el comercio que impulsaría la economía y la riqueza de Castilla. Para ello solicitaba a la corona una muy importante cantidad de dinero con la que poder financiar la compra de los recursos necesarios para su puesta en marcha. Los Reyes Católicos, a pesar de la negativa de sus asesores y de que el rey de Portugal, Juan II, también había rechazado el proyecto previamente, deciden pedir dinero prestado y apostar por él. Los resultados de esta inversión son sobradamente conocidos. Permitieron a Castilla convertirse en la primera potencia mundial, aunar un territorio en el que nunca se ponía el sol y generar inmensas riquezas. Además, surgieron más emprendedores que ampliaron las gestas alcanzadas por Colón, tales como Núñez de Balboa descubriendo el Pacífico, Francisco de Pizarro conquistando Perú o Hernán Cortés alcanzando México. Eso sí, algunos de estos ofrecieron un lado siniestro basado en la crueldad y en la avaricia. Pero realmente, ¿qué hizo que los Reyes Católicos impulsasen este proyecto a pesar de no tener ningún argumento a favor ni dinero de sobra? A mi juicio, una cualidad denominada visión estratégica. 

La visión estratégica se basa en el hecho de que para cubrir necesidades actuales y futuras se debe generar una posición diferencial y de ventaja sobre otros semejantes, apostando por iniciativas que sean capaces de aportar esos recursos de forma sostenida en el tiempo durante un largo periodo. Y esto es fácil de entender si lo llevamos al momento actual, donde está ampliamente aceptado, independientemente de la ideología o clase social de cada uno, que vivimos en una sociedad en la que se han ido generando cada vez más amplias necesidades. Disponer de un empleo digno y de calidad, acceder a una vivienda (incluso cuando el salario mínimo apenas lo permita) con todo tipo de suministros, recibir una educación sólida y de futuro, desarrollar hábitos de vida saludable y acceder a una sanidad rápida y de calidad, percibir una pensión suficiente cuando los años laborales han quedado atrás, disfrutar de unas infraestructuras de primer nivel así como de un entorno urbano limpio y atractivo, aprender de una oferta cultural rica e innovadora... son ejemplos de necesidades sociales a las que hoy nadie quiere renunciar. Y todo ello a la vez que no esquilmamos el planeta Tierra y que conseguimos una sociedad cohesionada e inclusiva invirtiendo en el futuro de aquellos que corren el riesgo de quedar apartados. Y para cubrir todas estas necesidades debemos generar suficientes recursos apostando por proyectos de medio y largo plazo que permitan no solo cubrir las actuales sino las venideras. 

Volviendo al ejemplo inicial, si hoy un emprendedor se planta ante nuestros actuales regentes públicos para que le financien una visión, un proyecto que, caso de ser exitoso, aportará importes ingresos para todos, recibirá poco más que una palmadita en la espalda y un puñado de buenas palabras. ¿Y por qué? Porque hoy la visión estratégica se ha trabajado y desarrollado en el ámbito privado (no te queda otra si no quieres que tu empresa cierre en unos pocos años) pero apenas se percibe entre nuestros gestores públicos, que han perdido ese carácter castellano que apostaba con fuerza por quienes estaban dispuestos a dar su patrimonio y su vida por mejorar sus condiciones y las de los demás. 

Mi intención en este espacio mensual que Diario de Burgos me ofrece, y al que agradezco enormemente su confianza, es trasladar algunas ideas, proyectos, visiones, incluso quimeras que puedan ser valoradas y discutidas por el lector con el único objetivo de que ese debate sirva para intentar alcanzar una situación de futuro más favorable para nuestra sociedad.