David Hortigüela

Tribuna Universitaria

David Hortigüela


Formación educativa y negocio

19/10/2022

La educación, desde su visión más amplia y humanista, debe de respetar los principios de libertad, reflexión, avance y transformación social. Si se atiende a su ámbito reglado, ha de ser la política y la administración educativa la que garantice su acceso a toda persona, independientemente de su nivel social, cultural, económico y de sus características personales, etnia o creencias. Todo esto, que pudiera parecer utópico, es un derecho que hay que reivindicar y defender a ultranza, ya que si se pierde estamos condenados, como sociedad, a la mayor de las pobrezas. 

La formación inicial y permanente del profesorado constituye una piedra angular dentro del concepto general de educación, al ser el colectivo que se dedica profesionalmente a la enseñanza. Recibir una buena formación calidad, ya sea cuando alguien comienza a dar sus primeros pasos en el aula, o cuando se tiene una mayor experiencia, es un aspecto fundamental para crecer como docente y como persona, algo que repercutirá positivamente en los estudiantes. Sin embargo, y esto es algo muy triste, cada vez más proliferan los congresos, eventos y actos de diversa índole en los que la formación gratuita (o de bajo coste) y de calidad queda altamente profanada. Lo peor de todo es que esto también sucede en el ámbito universitario. No hay más que hacer un breve barrido por internet para comprobar cómo se ofertan cursos, títulos propios o másteres oficiales, de cuestionable rigor, a precios totalmente desorbitados. El 'truco' se encuentra en las facilidades existentes para conseguirlos, utilizando en muchos casos eslóganes más propios de promociones de supermercado: Consigue tu título desde casa de manera fácil, Matricúlate antes de X fecha y obtén un 30% de descuento, Por solo X dinero más, tendrás dos títulos…. Este mercadeo, que cada vez asumimos con más normalidad, es literalmente inaceptable. Ya no solamente porque desmerece principios fundamentales como el esfuerzo, la dedicación o la capacidad, sino porque vulnera algo tan esencial como la igualdad y la equidad. Es tan sencillo como Si tienes dinero, tienes título. Lo menos ético de todo es que este modelo de negocio se nutre de las necesidades de los estudiantes/docentes: obtención de méritos para las oposiciones, adaptarse a las demandas de los centros educativos…Es un lucro que desvirtúa todo fin educativo, en el que ganan unos pocos y perdemos muchos. Desde las agencias de calidad del sistema universitario se debería de mirar esto con lupa. 

Todos deberíamos de reflexionar a fondo sobre ello y evitar dar más dinero a quien ya va sobrado de ello. La universidad pública hace un gran trabajo al respecto, promoviendo espacios y formaciones, en diversidad de formatos, que garantizan la accesibilidad a todo el mundo, pero no debemos relajarnos. 

Hay que tener una cosa clara, y es que puede mercadear con otras cosas, pero con la educación, no.