Evaristo Arzalluz

Plaza Mayor

Evaristo Arzalluz


Por qué se estrella la izquierda

20/05/2021

Todos tenemos dentro un espíritu izquierdista que nos susurra al oído cómo deberían ser las cosas, que nos impulsa a planificar, a regular, a construir una sociedad perfecta en la que todos seamos iguales, en la que no haya envidias, ni avaricia, en la que nadie destaque por encima de nadie, en la que todos nos conformemos con lo que tenemos, en la que unos manden y todos los demás obedezcamos. Este anhelo de perfección lo ha sentido el hombre y la mujer desde Adán y Eva. Es la llamada del paraíso, que pugna en nuestro interior por salir a flote, tomando diversas formas a lo largo de la historia: maniqueos, cátaros, albigenses, puritanos, los racionalistas franceses de la Revolución, de la Comuna de París o de mayo del 68. Y aquí, los indignados del 15-M. Siempre ese impulso interior.
Y siempre fracasando. En la práctica, cuanto más a la izquierda deriva un país, más se reduce el grupo de los que mandan, hasta quedar en uno (China, Corea, Cuba); más iguales somos… excepto los que mandan, que suelen amasar considerables fortunas; más obedecen todos… hasta que dejan de hacerlo y entonces hay que obligarles con la guillotina, la cheka, las purgas o los Gulag.
Siempre lo mismo, en todas las épocas y en todos los países. ¿Por qué? Porque hay una naturaleza humana común. Y esa naturaleza es libre y, por tanto, defectuosa. Somos egoístas, avariciosos, desobedientes, unos más, otros menos, gobierne quien gobierne. La izquierda necesita de la coacción (todo está prohibido, excepto lo que está permitido) y si es radical, del terror para someter la libertad. Ni Dios ha querido hacer eso.
La moral colectiva sólo se consigue por la suma de las moralidades individuales, no por la imposición. Aunque el anhelo sigue ahí, come-come, raca-raca.
Nota: no soy de derechas. La derecha no existe, es un invento de la izquierda para desautorizar a los que no son de los suyos. Pero no lo saben ni ellos. Ignorantes.