Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


El amargo coste del azúcar

02/11/2020

¡Azúcar! gritaba Celia Cruz en todas y cada una de sus canciones. A la reina de la salsa cubana le gustaba el café largo y con mucho dulce. En sus conciertos, que parecían una clase de pilates, ya se encargaba ella de quemar el exceso de calorías. ¡Azúcar!.. lo mismo gritan estos días los productores de remolacha, los que la convierten en ese dulzón polvillo blanco o los fabricantes de bebidas espiritosas. Y algunos políticos regionales de vuelo corto.

Desde que el Gobierno anunciara hace unos días que va a subir el IVA del 10% al 21%, las trompetas del apocalipsis del goloseo truenan sin parar. Como si no tuviéramos ya suficientes abismos colectivos, ahora resulta que este «despropósito», esta decisión «injusta y discriminatoria» le va a robar a la cadena de valor agroalimentaria unos 300 millones de euros. Y va a generar una pérdida de entre 2.000 y 6.000 empleos. Son cálculos, no hace falta decirlo, de los propios industriales del asunto. Argumentan además que solo persigue recaudar y que los impuestos no cambian los hábitos de consumo ni tienen impacto sobre la salud.

Todo esto recuerda a las presiones de la hostelería cuando se prohibió fumar en el interior de los bares y restaurantes. Resulta que iban a cerrar la mitad de los negocios y se destruirían docenas de miles de empleos. La realidad, 15 años después (y sin contar el cerrojazo de la covid), es que hay más locales y trabajadores que nunca. Y seguro que todos podemos encontrar entre nuestros amigos a algún exfumador que lo acabó dejando también por el precio cada vez más caro de la cajetilla. Generan más credibilidad planteamientos como el de la prestigiosa revista científica The Lancet que recomendaba hace un tiempo gravar las bebidas con alto contenido en azúcar porque «es necesario rebajar ese dulce añadido que mejora el sabor, causa obesidad, enfermedades cardiovasculares y carcome los dientes».

El 17% de los niños españoles tiene obesidad, mientras que uno de cada cuatro sufre sobrepeso. Por eso se prohibirán en breve los anuncios de comida insana para menores de 15 años. Estaría bien que alguien encargara un estudio de cuánto nos vamos a ahorrar en salud, bienestar y medicinas a lo largo de décadas para todos esos críos que ahora podríamos sacar de las garras de la mala alimentación. ¡Qué amargo resulta llevar los temas de salud a su simple traslación monetaria!