Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


La subcontrata, claro

27/03/2023

La semana pasada trajo novedades de El Silo, de la construcción (o no) de este centro de salud convertida en un mito que no deja de agrandar su leyenda.

La línea de la información es, por supuesto, la de siempre (retraso y parálisis) y la sustancia en la que se concreta supone un nuevo giro de guion que, a estas alturas, hace hasta gracia ya. El caso es que este periódico desveló que, una vez más, las obras están paradas, no se mueve un ladrillo. Al parecer, la Junta lo sabía pero prefirió silenciar el dato, otra sorpresa.

¿Y qué pasa en esta ocasión? Pues resulta que la contrata está teniendo problemas con las subcontratas de electricidad y climatización. Ya se sabe, las subcontratas. Pero, mire usted, por una vez dan casi ganas de empatizar con los implicados en este desaguisado, porque ¿quién no ha tenido problemas en una obra con los oficios, las subcontratas (o como lo quiera llamar)? Porque claro, uno encarga, pongamos, la reforma de su casa a un albañil (y su cuadrilla) que se ocupa más o menos de llevar el asunto, igual que ha hecho la Junta aquí con la concesionaria. Pero, esa gente no es dios y no sabe de todo; al final tienen que recurrir a otras personas, con otras ideas, que a veces chocan por decirlo suavemente. Yo mismo contemplé en lo que iba a ser mi cocina un duelo entre el albañil y el montador de muebles en el que hubo referencias gruesas a la divinidad, a los antepasados de todas las familias y a la ausencia de profesionalidad y conocimientos de la otra parte; todo a gritos y a un palmo de la cara del oponente, en una trifulca que no acabó a puñetazos porque yo lo impedí (dije que paraban y se hacía la cosa ¡ya! o allí no cobraba nadie).

Y un poco en eso está la Junta, según se deduce de la información publicada por este diario. La cosa debe ir de dinero (más que de diferencias artísticas como en mi cocina) porque el consejero de Sanidad ha asegurado que la administración va a mediar entre las partes y no descarta pagar directamente a las subcontratas «si así están más tranquilos». Seguro que lo están.

El responsable político explicó además que la concesionaria, Urbas, acaba de confirmar ¡por escrito! que no renuncia a las obras y va a continuar hasta su finalización prevista en noviembre. ¿Por qué iba a renunciar? ¿Hay algo que quieran contarnos? Suena un poco a cuando el presidente de un club de fútbol ratifica a un entrenador renqueante. Igual va por ahí el próximo capítulo de este folletín, no sería de extrañar. Aquí estaremos para contarlo, nosotros no renunciamos, pero de verdad. Salud y alegría.